Para poder cerrar este combate, Daniel Jacobs tuvo que sacrificar kilos.
Desde que se propuso la unificación, el estadunidense sabía que para el día de la pelea no dejarían superar las 170 libras (77.1 kilos), a pesar de que la Federación Internacional de Boxeo – organismo que lo avala – le permite subir hasta 70.8 kilogramos.
“No hubiéramos tenido la pelea que queríamos si no hubiéramos aceptado las condiciones. Además no es algo que no este familiarizado, es algo que hice en mi última pelea y me sentí bien físicamente. La regla de las 10 libras no es algo que me preocupe y no sentí jamás que 'Canelo' y su promotora me faltaran al respeto”, declaró el monarca.
Jacobs firmó la pelea más grande de su carrera sabiendo que está obligado a pesarse 12 horas antes de subir al ring con la condición de que cada libra por encima de los 77 kilogramos tendrá un costo de alrededor 200 mil dólares.
“El segundo pesaje será a las 8 de la mañana del sábado… pero dependerá de él, de cómo se sienta. Los requerimientos son 170, pero si siente que no los dará podremos cambiar un poco de opinión, después de todo no perderá el título, ni la pelea”, declaró Eddie Hearn, promotor de Jacobs, quien aseguró que no tendría problema en pagar unos cuantos dólares en caso de que su peleador experimentara problemas para mantenerse bajo de peso.
Por reglamento de la FIB, Jacobs podría pesar hasta 176 libras(79.8 kilos) sin poner en riesgo su campeonato, pero Golden Boy Promotions puso la cláusula para evitar que el estadunidense se despegara mucho en peso en relación al peleador mexicano.
Aunque descartaron hablar de sus planes, existe la posibilidad de que el estadunidense decida de último momento pagar algunos dólares extra para no sacrificarse tanto y poder llegar con las fuerzas intactas ante 'Canelo'.
FCM