Devin Haney se coronó como el campeón indiscutido más joven de la historia al destronar el sábado por la noche al australiano George Kambosos y arrebatarle los títulos de la Asociación Mundial de Boxeo, Federación Internacional de Boxeo y Organización Mundial de Boxeo para sumarla a su corona del Consejo Mundial de Boxeo en el estadio Marvel de Melbourne, Australia.
El estadounidense de 23 años de edad no solo se coronó monarca indiscutido de peso ligero también reclamó el invicto que Kambosos había cuidado durante 20 peleas profesionales.
“Me mantuve apegado al plan, que no me golpeara, sabía que estaba cómodo. Hice una pelea inteligente. Creo que le fui cortando lo que hace bien”, declaró Haney luego de recorrer los 12 rounds y conquistar las tarjetas de los tres jueces (116-112,116-112 y 118-110) para una decisión unánime.
Haney no presentó una pelea explosiva y mucho menos de mucha acción, simplemente asentado en su estilo de mucho movimiento y haciendo gala de su ventaja de alcance, un jab constante fue el que lo llevó al triunfo.
Kambosos por su parte se fue directo al contragolpeo, tratando de emular lo que había hecho ante Teofimo López en noviembre pasado, pero simplemente Haney logró romperle el ritmo cada vez que se buscaba asentarse para atacar.
Kambosos, quien iba invicto en 20 duelos y buscaba la primera defensa de la triple corona, buscó el contragolpeo cuando vio que no podía acortar la distancia en busca de un encuentro cuerpo a cuerpo, pero eso favoreció al visitante que al final se terminó llevando la corona indiscutida del territorio enemigo.
Kambosos aseguró al final del duelo que buscaría la revancha para finales de año.
“Yo le di la oportunidad, ahora es su turno”, dijo el australiano al final, reconociendo en Haney a un digno e inteligente rival.
MGC