Con una de las peleas de mayor exigencia y explosividad, el mexicano Juan Francisco Estrada logró la victoria más importante de su carrera al vencer por decisión dividida al nicaragüense Román González en un duelo a 12 rounds en el American Airlines de Dallas, Texas, la noche del sábado.
El monarca de Puerto Peñasco, Sonora, cumplió con su sed de revancha, unificó la división supermosca y de paso paró a un rival que llevaba 20 victorias sobre peleadores aztecas con un concierto de golpes que superó los 2 mil 500 durante los 12 rounds recorridos.
"Era lo que se esperaba. Yo no venía un sparring, venía a una guerra y eso se dio. Yo pensé que iba a ser empate, fue muy dura y cerrada, pero creo que el resultado se dio porque se hizo el trabajo. Sin duda le daría la revancha, Román es un gran peleador y merece la revancha", sentenció el sonorense quien ahora tiene en su poder los fajínes del Consejo Mundial de Boxeo y el de la Asociación Mundial de Boxeo.
Como si no hubieran pasado 8 años desde su primer encuentro, desde el campanazo inicial recobraron la situación donde la dejaron en 2012 (duelo que ganó González por decisión unánime) y con combinaciones nutridas, presión constante y mucha inteligencia buscaron abrirse espacio en guardias cerradas y cinturas escurridizas.
Estrada presionó en todo momento y se turnaba la batuta con el centroamericano quien no estaba dispuesto a ser condescendiente con su adversario.
“Pasó lo que tenía que pasar. Estoy muy feliz por el resultado, sin importar lo que sea. Hice un buen trabajo. Sí gané la pelea y fue una pelea muy cerrada, no fue fácil. Cerré como nunca, hice un buen trabajo. Salí decepcionado, pero así es el boxeo. Ya demostré lo que tenía que demostrar… fue una pelea que disfrutamos ambos, pero no sé que estuvieron viendo. El mérito es de él, no fue su culpa. Creo que ya no hay nada que pensar ni hacer en el deporte”, reveló el nicaragüense, quien sumó su segundo descalabro profesional y no pudo ocultar sus lágrimas.
Tras el duelo, a pesar de que se hablaba del cierre de una trilogía, Román insistió que ahora su camino estará en buscar más a Dios, descartando volver a ponerse unos guantes, pues como él dijo antes de subir al ring, su legado ya estaba listo y todo lo que viniera después era un extra.
Román, cuatro veces campeón del mundo, dejó su marca en 50 triunfos, tres descalabros, 41 nocauts; mientras que ahora el tres veces campeón del mundo mexicano Juan Francisco Estrada sumó su victoria número 42.
FCM