Era el 25 de noviembre de 1980, para muchos la fecha en que se terminó la gran carrera del boxeador Roberto Durán. Corría el round 8 de la mediática segunda batalla entre Manos de Piedra y la sensación Sugar Ray Leonard. Solo cinco meses habían pasado desde su primer encuentro, una de las más memorables y mejores peleas en la historia del deporte donde el panameño sorprendió al mundo.
No muchos creían que aquel combate podría ser superado en calidad, pero el drama dejó atónitos a los presentes y trascendió al original cuando Roberto Durán paró la pelea y se rindió. Esto le permitió al hijo prodigio de Estados Unidos tener su revancha. La realidad es que el latino estaba con sobrepeso y distraído tras meses de festejo y no era rival para Sugar Ray Leonard de 24 años y favorito desde la primera vez que se subieron al ring tras su oro olímpico.
El hijo de la leyenda panameña ha declarado que tales dos palabras jamás salieron de la boca de su padre, que simplemente él movió su mano pidiendo que paren la batalla, y a Roberto por supuesto, le molesta escuchar esa historia, ya que incluso fue excluido por sus propios compatriotas. Sin embargo, Durán es mucho más que este episodio, no se pueden olvidar otros grandes retos y batallas que lo llevaron a estar invicto en 71 encuentros. Un hombre que surgió de la pobreza y gracias al deporte de los golpes salió adelante.