Mike Tyson no tenía porqué volver al boxeo. El dinero, una vida abajo del ring y la fama lo acompañaban desde que decidió colgar los guantes hace 15 años, pero el deseo de sacarse la espina de una derrota en su última pelea lo llevó a cristalizar ese regreso que apunta a ser un éxito de la pantalla.
Este sábado en Los Ángeles “El hombre más malo del mundo” con 54 años de edad se volverá a poner unos guantes y escalará al ring del Staples Center para medirse a otro ex campeón, Roy Jones Jr. en una pelea de exhibición que está pactada a 8 rounds.
“Tengo más deseos ahora que en mi última pelea. Siento que me tengo que probar, ¿no suena raro?. Siempre tengo que ponerme a prueba y llevarme al límite”, reconoció el mismo peleador que fue el terror de los pesos completos en los 80s y que se retiró luego de una derrota ante Kevin McBridge en 2005.
Tyson reveló que tras tres años lejos de la cocaína y con una vida mucho más tranquila, nada servía para sentir esa emoción y por eso decidió regresar de nuevo al gimnasio y así encontrar ese equilibrio que durante años estuvo persiguiendo.
La espectativa que ha levantado en torno a su regreso ha sido enorme y hasta ahora el la preventa del pago por evento se alza como la más anticipada de la década.
“Si mi ex entrenador Cus D´Amato viviera me hubiera dicho que porqué tarde tanto en regresar. El me hubiera impulsado a sacar lo mejor de mi”, finalizó en una entrevista para ESPN.