No hay panameño más orgulloso que Roberto Durán, pero tampoco esconde que por sus venas corre sangre mexicana.
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Margarito Durán Sánchez, padre de Manos de Piedra, llegó a Panamá cuando las tropas de Estados Unidos ocuparon el Canal de Panamá. Como cocino del ejercito vivió en localidad llamada Mi Pueblito.
Ahí fue donde Margarito conoció a Clara Esther Samaniego, con quien tuvo a Roberto y Alcibíades, quien falleció a los dos años de edad.
“Ahí fue donde mi padre conoció a mi mamá. En esa época, mi papá era soldado, y todos los soldados dormían en una iglesia. Era un club militar privado y mi padre trabajaba como cocinero. Pero cuando tenían un día libre, iba a la cantina… Recuerdo que una vez, cuando tenía dos o tres años, mi mamá me llevó ahí y me contó sobre mi padre. Que se fue y nunca lo veríamos otra vez”, recordó para La Afición Roberto Durán en mayo del 2019.
Pero la familia se fracturó cuando Margarito salió de Panamá, el ejército tenía que volver a Estados Unidos. Roberto tenía en ese entonces año y medio.
“No lo volví a ver hasta que ya como campeón fui a pelear a Estados Unidos y ahí me buscó. Descubrí que tengo mucha familia mexicana en Arizona”, reveló.
El origen del primer boxeador latino en conquistar cuatro categorías de boxeo fue en el barrio de El Chorrillo, en donde criado por su madre y doña Ceferina García, ayudaba a la economía familiar vendiendo periódicos, boleando zapatos, pintando paredes o lavando platos. Cualquier cosa era buena.
Desde pequeño, Roberto se las ingenió para poder disfrutar de lo que más le gustaba: las películas y la música mexicana, incluso entraba a escondidas al cine de permanencia voluntaria que estaba cerca de donde lustraba zapatos.
“¡Aaah cómo disfrutaba de las películas del Santo y Blue Demon…! incluso las de Cantinflas… me escondía muy bien para poder verlas todas sin que me sacaran”, comentó mientras reía a carcajadas.
¿Cómo inició en el boxeo?
Roberto se enteró de la existencia del boxeo cuando tenía 12 años y sus ganas de empezar a entrenar obedecían más al deseo de tener –al igual que su hermano Toti- botines, calzoncillos y guantes, que al simple hecho de tirar golpes.
“Mi hermano entrenaba y un día me llevó al gimnasio. Entró en un cuartito y cuando salió iba vestido de boxeador.
Yo quería cosas así de bonitas y por eso empecé a entrenar,
pero por más que insistía que cuándo me darían mi equipo, él me decía que primero debía tener un patrocinador”, explicó.
¿Por qué le dicen Manos de Piedra?
Durán no sabía echarse para atrás y siguió entrenando, la oportunidad de pelear llegó casi un año después. En una pequeña función, un chico mayor se había quedado sin rival y de última hora vieron en Roberto Durán la oportunidad de seguir adelante con la cartelera.
“Ese día me preguntaron mi peso y había mucha diferencia, entonces mi entrenador y yo salimos del lugar y me llenó el short de piedras para que pudiera dar el peso y me dejaran pelear. Me subí a la báscula y levanté los brazos –como lo hacen los boxeadores– pero como no tenía cinturón, el peso de las piedras me bajó los shorts hasta los talones. Fue un momento vergonzoso, pero así conseguí mi primera pelea”.
Así inició la leyenda de uno de los peleadores latinos más importantes de la historia y que decidió retirarse en el 2001 luego de cosechar un récord de 103 triunfos, 70 nocauts y 16 derrotas, con importantes victorias que marcaron la historia del boxeo.
ZZM