La Laguna está ávida de un campeón del mundo en boxeo, atrás quedaron grandes peleadores que pusieron muy en alto a la región, ahora toca el turno a los jóvenes de esta nueva generación, en donde destaca Sebastián “La Pulga” Rojas, un peleador que dicen los que saben, pinta para grandes cosas.
Humilde y sabiendo que aún no ha ganado nada, simplemente un prospecto, “La Pulga” se entrevistó con MILENIO-La Afición, confesando que le falta mucho camino por recorrer.
Acompañado de su padre y entrenador, el señor Jaime Rojas, hablaron del presente y futuro de Sebastián, a quien le han llovido elogios.
Al momento pelea en peso Mosca, su foja es de 10 peleas, 2 perdidas, 8 ganadas y 4 nocauts, aunque ese par de manchas en su récord, algo dudosas, ambas de visitante y con público y jueces en contra.
¿Por qué le llaman 'La pulga'?
El apodo se lo ganó por su estatura. “Me lo pusieron en el gimnasio donde entrenaba porque era chaparrito, medía como 1.60 y tenía 17 años, la raza así es y lo tomé a bien, ahora es mi apodo”, comentó.
Hablando de su par de derrotas en su récord, consideró dudosas las decisiones. “Para mí no fueron derrotas, cuando se supone perdí, la misma gente me apoyaba a mí, pero los jueces no”.
Se dice que Sebastián es un gran prospecto con grandes cualidades que lo podrían llevar a las grandes ligas del boxeo. “No es un peso que cargue, trato de no creérmela, que no se me suban los humos, sigo trabajando y me tomo los consejos de la gente y de los entrenadores, les agradezco que tengan esos comentarios para mi persona”, dijo.
Busca el fajín mundial
Quiere ser el primer campeón mundial Mosca de La Laguna. “Han sido ya varios campeones mundiales de La Laguna, en mi categoría no hay campeón mundial en La Laguna, no hay uno que me sirva de parámetro”, aseveró.
Avanza de a poco, por lo pronto ya está clasificado dentro de los mejores Mosca de México. “Falta mucho por aprender, llevo diez peleas, estoy entre los mejores 50 de México, trataré de estar entre los primeros diez”.
No tiene un estilo definido, se acopla a cada pelea
“No tengo un estilo definido, unos dicen que me fajo y otros que los boxeo, pero eso se da sobre la marcha, como me vaya saliendo la pelea, cuando me tenga que fajar lo haré y cuando tenga que ser más técnico, lo haremos también”.
Cambió de entrenador, ahora es su padre Jaime, con quien dijo, los entrenamientos son más exigentes. “Con mi papá fue más rudo el entrenamiento, él me dijo que aquí son golpes y que si me gusta, hay que agarrarle amor al dolor, fue un cambio muy positivo aunque más pesado, está más chido así que sólo ir a entrenar y que no te exijan como lo hace mi papá”, declaró.
¿A quién admira?
Sus ídolos, son todos mexicanos, pero tratará de crear su propia historia y su manera de pelear. “En el boxeo mexicano hay muchos campeones, es uno de los países donde más campeones mundiales se ha tenido, hay muchos ejemplos, pero si tendría que dar cuatro, serían: Julio César Chávez, Salvador Sánchez, Juan Manuel Márquez y “La Chiquita” González, este último sí es de mi categoría”.
Salvador Sánchez, un peleador que marcó época a pesar de haber reinado poco tiempo, pues murió joven. El estilo de Sebastián, su disciplina y aguante en el ring, se asemejan mucho, dijo alguna vez el profesor y entrenador lerdense Beto Castro.
“Yo voy por ese camino y me voy enfrentando a lo que se me pone enfrente, cada que me subo a un ring mi mentalidad está en ganar y qué mejor que con un peleador que de ganarle, me puede dar buen ranqueo. Si la gente me ve de esa manera es un gran halago, sobre todo con Sal Sánchez, y un saludo al profesor Beto Castro, que se mejore”, añadió.
Paso a paso, primero campeón nacional y después “Dios dirá”. “Vamos paso a paso, primero quisiera llegar a ser campeón nacional y ya esto es un gran paso, puede saltar la oportunidad por un título mundial y pues eso soñamos todos los que iniciamos en esto”.
El boxeo le ha ayudado en todo en su vida diaria, le ha fomentado la honestidad y sobre todo la disciplina. “El boxeo como en la vida, es un hábito, disciplina, entreno fuerte y al otro día me levanto como gato espinado que no me puedo mover, la disciplina me hace levantarme y también el regaño de mi papá que me alienta pero también me hace trabajar fuerte”, señaló.
Ya es hora que las empresas promotoras grandes se fijen en los jóvenes con futuro. “De hecho mi papá y yo cuando nos ofrecen una propuesta nos checamos, esperemos que las empresas grandes se fijen en los jóvenes también, ahorita tengo 19 años, inicié a los 14”.
No quería ser peleador amateur, pero su padre, sabiendo del negocio, lo llevó a pelear desde pequeño, hasta que estuvo listo para el profesionalismo.
“Hice pocas en el amateur, de hecho yo quería ya estar peleando profesional, pero mi papá que le sabe a esto, me dio fogueo en el amateur, hay que ir paso a paso”.
Por cierto, su padre Jaime, habla de cómo inició Sebastián en el deporte de las narices chatas y las orejas de coliflor.
“Desde muy chavo sabía que le gustaba el boxeo, le decía que no porque es muy sufrido, yo como su padre le traté de inculcar otros deportes como el futbol, pero fue aferrado y siempre quiso estar en el gimnasio tirando guante, ahora lo hace en nuestro gimnasio ahí en la colonia Vicente Guerrero”, dijo Don Jaime.
Nunca quiso los balones, siempre prefirió los guantes y los costales. “Siempre quiso los guantes, le daba yo un balón y no lo quería, él siempre le gustó estar en el ring. En el barrio no fue peleonero y ahora menos que ya es profesional”, concluyó Don Jaime, quien por cierto llegó a ser profesional.
EGO