Deontay Wilder esperó 17 meses para que se hiciera oficial su duelo de revancha ante Tyson Fury y por fin se concretó. Sin embargo lo suyo no fueron las palabras.
En conferencia de prensa, en Los Ángeles, el ex campeón de los pesos completos guardó un silencio sepulcral en donde no contestó ninguna pregunta y dejó a su entrenador Malik Scott hablar sobre lo que será su regreso a los encordados desde esa única derrota en su récord.
Aislado del mundo, con sus audífonos bien puestos presenció cómo Fury tomó por completo el lugar y expuso las razones por las que considera la historia se volverá a repetir.
“Al ver que no quiere hablar, que se aisla, puedo ver que no está listo ni mental ni psicológicamente para esta pelea. Sabe lo que le pasará y no hay forma de que lo pueda evitar”, dijo el monarca del Consejo Mundial de Boxeo, quien pondrá en juego por primera vez el campeonato desde que lo ganó en febrero del 2020.
Fury aprovechó el silencio para exponer cómo no se puede cambiar a un peleador de la noche a la mañana y que al final del día no importa cuánto haya entrenado junto a Malik, Wilder volvería a esa escencia de un peleador de un solo golpe.
“Deontay ha hecho los ajustes mentales necesarios, yo solo necesitaba a un atleta receptivo. Él ya ha hecho los ajustes para lograr conseguir todo lo que yo necesito que haga dentro del ring. Yo solo veo a esta pelea yendo de una sola manera. Si permites que Fury simplemente haga lo que él quiere, él hará más de lo que tú quieres. No me cabe duda de que Deontay logrará convertirse en un dos veces campeón del mundo del peso pesado y que será por nocaut”, dijo el entrenador del estadounidense.
Ambos se enfrentarán por tercera ocasión el 24 de julio en Las Vegas en lo que esperan sea el cierre perfecto de la trilogía, para que así el ganador se enfoque en ir por el campeonato indiscutido de la división.
Para cerrar la conferencia de prensa, ambos peleadores sostuvieron un cara a cara por seis minutos, sin lelgar a los golpes o amenazas, en silencio ambos sostuvieron esa guerra de miradas que promete gran acción en cuanto suene la campana, siempre con la promesa de querer terminar antes de alcanzar el límite.