Cinco horas y cinco segundos con Pelé

La ciudad de Santos se volcó para despedir a quien consideran el mejor jugador de todos los tiempos; hoy concluye el funeral con un recorrido por calles de la localidad

Miles de personas en el estadio Urbano Caldeira despidieron a Pelé.  Ap, Afp y Reuters
Eduardo Espinosa
Enviado Santos, Brasil /

El sol no da tregua alguna y la fila ya alcanza casi los tres kilómetros de distancia. A ellos parece no importarles en lo absoluto. Caminan disciplinados tratando de cubrir la distancia. Al final, quizá la espera sea de cinco horas para estar cinco apenas cinco segundos frente al que fue y es considerado el mejor jugador de la historia. Sí, cinco horas de abrazador calor bien valen la pena para despedir a Edson Arantes do Nascimento, para el último adiós del ya inmortal Pelé.

Aquí no se olvidan de su Rey

Si en Sao Paulo la despedida de Pelé fue fría e inadvertida, aquí en Santos fue todo lo contrario. Desde el domingo por la noche, pese a ser Año Nuevo, algunos aficionados empezaron a formarse para el homenaje de cuerpo presente que tanto la directiva del Santos como la familia de O Rei le programaron para el inicio de semana.

Y Santos no le falló a su hijo pródigo, quien jugó durante más de 20 años en un club que, desde entonces, bien se le puede poner una barrera en su propio tiempo: antes y después de Pelé.

Sí, por eso desde la irrupción del más grande, cada vez que surge un nuevo valor en las canchas la pregunta es obligada: ¿Será el nuevo Edson Arantes do Nascimento?

Pero no, Pelé fue único, como única trata de ser esta despedida, la cual a diferencia, por ejemplo, de la de Maradona que desgarró a toda Argentina, ha tratado de cambiar la tristeza por fiesta, el llanto por cánticos y porras; muchos de los que hoy se han formado nunca vieron jugar a O Rei en las canchas, pero tienen la certeza que él fue la felicidad y el color de este deporte y, por supuesto, el estandarte del Jogo Bonito.

También serán pocos los que hayan presenciado al menos un gol de los centenares que marcó en su querido Urbano Caldeira, el escenario de su despedida. La cancha donde labró su leyenda, una de las más importantes del mundo deportivo.

Sí, la fila ha alcanzado una longitud de 5 kilómetros. Miles de aficionados están ahí aceptando gustosos esta penitencia; la de marchar bajo un sol inclemente con el anhelo de ver a Edson Arantes una última vez.

El último adiós

Este martes a las 10 de la mañana (7 horas, tiempo de la Ciudad de México) se cumplirán las 24 horas pactadas para que la gente se pudiera despedir de Pelé. Justo a esa hora su cuerpo será levantado en hombros nuevamente, pero no por el festejo de aquella Copa del Mundo en México 70, sino para llevarlo al lugar de su descanso eterno. Como un héroe, pasará por las calles más importantes de este poblado de 500 mil personas; su última parada será frente a la casa de su madre en la zona del Canal 6, ahí doña Celeste podrá verlo por última vez.

En el protocolo cumplieron las autoridades de Sao Paulo, haciendo acto de presencia; cumplió Gianni Infantino como jerarca de la FIFA -de la que Pelé fue aliado y amigo-, pero sobre todo cumplió su gente que no dejó que el fervor por un ídolo que se forjó en la canchas de terracería se apagara por completo. O Rei vive el homenaje que siempre se mereció, que bien vale cinco horas de fila por solo cinco segundos a su lado por última vez.


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