Hablar de Miguel Calero es referirse a un hombre que conquistó a toda una ciudad gracias a sus lances, atajadas, a sus icónicas gorras, pero sobre todo al carácter y liderazgo que mostraba su calidad de persona dentro y fuera de la cancha.
Su recuerdo en el Club Pachuca sigue más vivo que nunca y la afición siempre recordará su legado en el club; “El Condor” conquistó cuatro títulos de liga (invierno 2001, Apertura 2003, Clausura 2006 y Clausura 2007), además de seis campeonatos internacionales, en 2002 ganó la copa de Campeones de Concacaf frente a Monarcas a Morelia, levantó la icónica copa Sudamericana en Chile venciendo a Colo Colo en 2006, en 2007 volvió a coronarse campeón de Concacaf tras vencer en penales a chivas. Ese mismo año Pachuca jugó la Súper liga, la final contra Los Ángeles Glaxy se definió en serie de penales, Calero se vistió de héroe consiguiendo el título para los tuzos luego de atajarle un penal a Landon Donovan.
Pachuca refrendó su título de campeón de Concacaf en 2008 frente al Saprisa de Costa Rica, dos años después, Calero disputó el que sería su último título de Concacaf frente al Cruz Azul.
Quizás el título más importante par futbolista es el de ídolo, el estadio Hidalgo lo recuerda con un momumento con la frase “Si volviera a nacer me llamaría Miguel Calero, sería portero y defendería los colores del Pachuca; además del Calero Center un espacio dedicado a la formación de porteros ubicado en la Universidad del Fútbol.
Se cumplen diez años del vuelo de “El Condor” y su legado está más vivo que nunca.