El futbolista neerlandés Quincy Promes, que milita en el Spartak Moscú y es reclamado por la Justicia de su país por narcotráfico, ha sido detenido por la policía en Dubái, ciudad de los Emiratos Árabes Unidos.
"El ciudadano neerlandés, Quincy Promes, fue detenido el jueves y trasladado a una comisaría de policía", informó este viernes la policía emiratí a la agencia rusa TASS.
¿Por qué detuvieron a Quincy Promes?
Mientras, la Fiscalía neerlandesa confirmó a TASS que el ex futbolista del Sevilla y el Ajax fue detenido en el mismo aeropuerto por una infracción cometida en los Emiratos y no en respuesta a la solicitud de extradición.
Canales de Telegram rusos añadieron que Promes ya ha sido puesto en libertad, pero no puede abandonar por el momento territorio de los Emiratos.
Medios deportivos rusos y extranjeros precisaron que el motivo del arresto pudo ser una infracción de tráfico, lo que le impedirá jugar con su equipo el primer partido de liga tras la pausa invernal.
El Spartak, equipo dirigido por el español Guillermo Abascal, se enfrentará el sábado al todopoderoso Zenit en San Petersburgo.
Por ese motivo, el Spartak anunció que adoptará una sanción disciplinaria contra el jugador de 32 años, que ha marcado 114 goles con la camiseta del equipo moscovita, ocho en la actual temporada.
Países Bajos no tiene un acuerdo de extradición con Rusia, pero sí con los Emiratos Árabes Unidos, lo que allanaría el camino para su entrega a las autoridades de su país.
¿Por qué condenaron a Quincy Promes?
A mediados de febrero un tribunal neerlandés condenó en rebeldía a Promes a seis años de prisión por su implicación en el tráfico de más de 1.350 kilos de cocaína en dos cargamentos que viajaron desde Brasil hacia el puerto belga de Amberes en enero de 2020.
El año pasado la Justicia neerlandesa también sentenció a Promes a un año y medio de prisión por apuñalar y "causar graves lesiones físicas" a su primo en una rodilla durante una fiesta familiar en julio de 2020.
El Ajax, club en el que jugaba el internacional neerlandés cuando fue detenido en 2020, lo vendió dos meses después al Spartak de Moscú por 8,5 millones de euros más variables, casi la mitad de los 15,7 más variables que pagó al Sevilla, en el que militó durante la temporada 2018/19.
MGC