Su remontada en el Gran Premio de Sao Paulo se unió a otras grandes actuaciones sobre mojado y le abren la puerta a que el campeonato mundial se pueda definir en el GP de Las Vegas.
Se dice que los mejores pilotos demuestran sus habilidades bajo la lluvia. Ya sea por la complejidad de conducir sobre mojado y que se reduce las diferencias entre monoplazas, esto suele dar carreras emocionantes. La victoria de Max Verstappen en el Gran Premio de Sao Paulo es un gran ejemplo, al remontar 16 posiciones y subir a lo más alto del podio, además de encaminarse a un título mundial que parece tener en la bolsa.
La gran exhibición del neerlandés en el Autódromo José Carlos Pace no solo le puso fin a una sequía de 10 carreras sin ganar, también aumentó la diferencia con Lando Norris a 62 puntos. Quedan tres citas (Las Vegas, Qatar y Abu Dabi) y un sprint en la segunda fecha; es decir, 86 puntos en disputa y un escenario que favorece a Max para ser tetracampeón de la Fórmula 1.
Pocos como él
Tras una caótica carrera en Interlagos, Norris desestimó el triunfo de su rival, al decir que “no es talento, es suerte”. Lo cierto es que la carrera que entregó Verstappen es digna de aplaudir, sobre todo porque superó un fin de semana en el que nada parecía salir bien: desde los cinco puestos que le penalizaron en la parrilla de salida por el cambio a un sexto motor de combustión interna, los cinco segundos que le impusieron en el sprint por infringir las normas del safety car virtual y le arrebataron el podio, además de otra serie de castigos como la semana anterior en la Ciudad de México, donde acabó sexto con un castigo de 20 segundos y el final de su dominio de tres años en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
El campeonato se movió a Brasil con la posibilidad de que Norris redujera distancias con un MCL38 que demostró ser el mejor coche de la parrilla, pero el poleman perdió la punta en la primera curva y también tuvo una distracción que le costó caro en la carrera, conformándose con la sexta posición. La presión pudo sobre Lando y ahora necesita de un milagro para volver a meterse en la pelea.
Todo lo contrario para Verstappen, que hizo gala de su habilidad bajo la lluvia y nos hizo recordar diferentes hazañas del deporte motor, como los 1000 Kilómetros de Brands Hatch en los que Pedro Rodríguez demostró su apodo de Ojos de Gato gracias a un gran desempeño sobre mojado, el cual le valió el triunfo en la carrera junto con el finlandés Leo Kinnunen.
Jim Clark (GP de Bélgica de 1962), Ayrton Senna (GP de Portugal de 1985 y GP de Europa de 1993), Michael Schumacher (GP de Bélgica de 1992 y GP de España de 1996) y Lewis Hamilton (GP de Japón de 2007 y GP de Gran Bretaña de 2008) también nos entregaron algunas de las carreras más legendarias en los 74 años de existencia de la Fórmula 1 y que son recomendaciones para todo aquel que quiera entender las emociones que genera el deporte motor.
Todo a su favor
Esta temporada parecía que iba a ser una réplica de las dos anteriores, con un dominio del neerlandés. Pero el guión tomó un giro después del GP de España y encendió las alarmas.
Su victoria y vuelta rápida lo acercan a Alain Prost y Sebastian Vettel como tetracampeones del mundo. La corona podría asegurarse en Las Vegas, en donde necesita que la diferencia con Norris sea de 60 puntos. Para esto, Max debe ganar en la ciudad del pecado o terminar por delante de Norris, sin importar la posición del británico. Si Lando acaba entre el cuarto y el noveno lugar, pero no logra la vuelta rápida y Verstappen finaliza inmediatamente detrás de él, se asegurará el campeonato.
Con estos escenarios, todo parece indicar que Max Verstappen recuperó el status quo de los últimos años y se consolidará en la historia, con una actuación legendaria que lo acercó a ese objetivo.
FCM