La temporada 2018 fue un año turbulento para Sergio Pérez y Force India, ahora Racing Point. Las primeras tres carreras en Australia, Bahréin y China habían sido un duro golpe para la escuadra que pasaba por momentos difíciles en términos económicos, pero también políticos ante la serie de demandas que afrontaba quien era su dueño en aquel entonces, el empresario indio Vijay Mallya.
La cuarta cita del calendario en Azerbaiyán del 29 de abril era una carrera que Checo esperaba. Ahí había conseguido dos años antes un podio inesperado, mientras que en 2017 había hecho una buena carrera hasta el momento que tuvo el contacto con su compañero francés Esteban Ocon, por lo que parecía una oportunidad única para sumar puntos, lo cual en ese momento, se veían difíciles.
La calificación en un circuito callejero abrió el panorama para Force India que vio cómo Ocon y Pérez se clasificaron en la cuarta fila en séptimo y octavo, respectivamente. Ante la rivalidad entre ambos, el equipo ya había sido claro con ellos sobre cómo debían actuar para maximizar los puntos en favor de la escudería y no solo en los intereses personales de los pilotos.
Al iniciar la competencia, Ocon quedó eliminado por el finlandés Kimi Räikkönen cuando transitaba la curva 2, mientras que después el Williams de Sergey Sirotkin, el McLaren de Fernando Alonso y el Renault de Nico Hülkenberg, también fueron parte de un incidente.
Pérez no quedó exento de los incidentes y también tuvo un contacto con Räikkönen, lo que obligó a ambos a ir a pits para reparar sus daños. Para el mexicano no fue todo, ya que los comisarios consideraron que tenía la responsabilidad del impacto y lo sancionaron con cinco segundos.
La salida del auto de seguridad ante el caos de las primeras vueltas trajo un nuevo orden de carrera. En la parte delantera, Sebastian Vettel (Ferrari); Lewis Hamilton (Mercedes), y Valtteri Bottas, (Mercedes), imprimían su ritmo sobre los dos Red Bulls de Daniel Ricciardo y Max Verstappen, quienes cerraban los cinco primeros.
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El giro 40 fue el momento clave de la competencia. Un contacto entre Verstappen y Ricciardo dejó fuera a los dos pilotos provocando un segundo coche de seguridad. Varios pilotos ingresaron a los pits para cambio de neumáticos, con Bottas, Vettel, Hamilton, Räikkönen, y un sorpresivo Sergio Pérez colocándose dentro de los cinco primeros. El originario de Jalisco se había visto favorecido por la serie de incidentes, pero también por la estrategia de su equipo.
Con cuatro giros para el final la carrera reinició. Bottas se defendió de un ataque de Vettel, quien pagó su osadía cayendo hasta el cuarto sitio, por delante de Pérez. El mexicano aprovechó el mal momento del piloto de Ferrari para quitarle la posición y quedar al filo del podio.
La suerte tampoco le sonrió al finlandés de Mercedes, que sufrió una pinchadura y se retiró, dejando la cima abierta a Lewis Hamilton, permitiendo también que Pérez ascendiera al tercero para conseguir su octavo podio en la Fórmula 1, el mayor número de top tres para un piloto mexicano, aunque aún esperando su ansiada victoria.
El resto de la temporada siguió con turbulencias hasta la caída de Mallya en las vacaciones de verano, cediendo el control del equipo al empresario canadiense Lawrence Stroll quien lo rebautizó como Racing Point.
Dos años después de ese hecho, Sergio Pérez está ansioso por iniciar la temporada 2020, una en la que su monoplaza promete estar listo para dar importantes sorpresas, pero con la mira puesta en el 2021, cuando el equipo se llamará Aston Martin y donde todo indica vendrán los años más importantes para el piloto tapatío.
RGS