Detrás del éxito, el trabajo y la experiencia van implícitos como dos de los factores fundamentales para alcanzar la gloria sobre todo en el rubro deportivo, no obstante, queda demostrado que ello no está peleado con la juventud, tal es el caso del entrenador de baloncesto, Christian Filiberto Rivera Bonilla, quien a sus 32 años, logró el oro con la Selección Femenil de Puebla 2003-2004 en los Juegos Nacionales de Conade 2021.
Triunfo que está acompañado por una historia de entrega, estudio y sacrificio que han colocado al coach dentro de la élite de estrategas que comandan la actualidad del deporte ráfaga en el país, lo que a él permite seguir soñando con un futuro promisorio en su carrera, misma que comparte con los lectores de MILENIO Puebla.
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¿Cómo fueron sus inicios como entrenador?
“Inicié a jugar a los 15 años con Talentos de Puebla, mi entrenador era Abimael Ramírez y Marco Castillo, me llamó mucho su labor, al salir de la secundaria empecé a dirigir al equipo de mi secundaria mientras estaba en la Prepa, los llevé al estatal, ahí ya tenía el gusto, al estar estudiando en universidad empecé a dar clases de educación física y me despegué un poco del entrenamiento, pero siempre con la intención de seguir, hasta que un día me hablan de un proyecto que se llamaba Centro de Desarrollo de Básquetbol en Zavaleta, entré y estoy muy agradecido con el señor Nicolás Páramo”.
¿Cuál fue el camino a seguir hasta llegar a selección estatal?
“Hace años entré al Club Bayonnetas del coach Héctor Bayón en la parte formativa, de ahí entro a Tigres Blancos del Instituto Mexicano Madero con buenos resultados y pasé a Olimpiada en 2018 con el varonil, durante tres años, casi todos los torneos los ganamos, pero siempre a un pasito del título, finalicé con Tigres y dejo de trabajar un año por la pandemia, hasta que me contrata el Colegio Oviedo Schonthal y el profe Bayón me vuelve a reclutar para sus equipos e iniciamos con el proyecto de Juegos Nacionales 2021”.
¿Esperaba ganar el oro en los Nacionales?
“Hicieron mucho esfuerzo las niñas, porque muchas estudiaban en otros estados pero son poblanas, fue un esfuerzo de todos, económico, moral, yo iba con el profe Bayón, un mes antes se enfermó y me quedé al frente, comenzamos a trabajar, nuestro grupo fue el grupo de la muerte, contra Ciudad de México, Chihuahua y Nuevo León, al final vencimos a Chiapas, fue resultado de todo lo trabajado de la mano con el coach Bayón”.
¿A qué atribuye el secreto de su éxito en tan corto tiempo?
“Son las ganas de aprender, hasta la fecha tengo el atrevimiento de escribirle a entrenadores, recién con el profe Bayón, sigo grabando, escribiendo, sacando el block de notas, hablo con el profe Vladimir (Vargas) de Upaep, tengo contacto, con todos platico, todas las dudas que tengo las platico, las anoto, trato de comparar, uno no puede decir que podemos andar solos por el camino cuando hay varios entrenadores que nos han apoyado, el éxito se debe al aprender, a ser constante, la constancia, tanto las jugadoras, como uno mismo”.
¿En algún momento pensó que para triunfar debían pasar muchos años?
“Dice un dicho ‘júntate con lobos y te enseñarán a aullar’, yo creo que es eso, me gusta competir mucho, sobre el error viene el éxito, ahora en los partidos no sólo veo lo táctico, también veo los recuerdos de lo que hice y lo que me llevó al fracaso, no lo puedo repetir, esto lo hice cuando novato, no lo puedo repetir, equivocarse está bien, una o dos, pero tres veces ya no es permitido, tienes que ir evolucionando, sigo teniendo la escuela de los entrenadores grandes, la seguiré teniendo, pero me voy adaptando a lo nuevo que va saliendo, porque si no nos adaptamos, nos quedamos y es donde nos sacan ventaja los demás”.
¿Qué tan sencillo ha sido integrarse al grupo de élite de los entrenadores en México?
“Es muy difícil meterse a la élite de los entrenadores, no por los logros, sino porque hay gente muy buena, pero también gente muy cerrada en este aspecto, su conocimiento se lo van a llevar a la tumba y al último no sirve de nada, hay gente muy buena que se abrió, que me brindó mucho apoyo. A mí me costó primero darme a conocer, si eres un coach que inicias eres equis, no cuentas, llegas y ves cómo se saludan todos los entrenadores, las reuniones, uno lejos, sólo escuchando, no falta el que te saluda pero no pasa de eso”.
¿Qué hay en los planes futuros?
“A corto plazo tengo un contrato con el Colegio Oviedo Schonthal, trabajo de formar, dar becas y aprovechar esa beca, llevar de la mano la escuela con el básquetbol. Tengo cuatro meses con un club de niños de 5 a 8 años, la Escuela de Básquetbol e Iniciación, los niños lo bautizaron como Patos, es únicamente formativo, con ideología, con un propósito de buscarles becas, que representen al estado y al país. Ya yéndonos a grandes ligas, sí tengo en mente buscar una universidad, asistir en (Liga) profesional, la verdad sí me gustaría llegar a selección, pero quiero ir paso a paso”, finalizó.
mpl