Al menos 29 personas fueron detenidas este sábado por los incidentes que se registran en los alrededores del estadio Monumental, que llevaron a aplazar al domingo el decisivo partido de la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, informaron a Efe fuentes policiales.
El autobús de Boca Juniors que conducía al estadio a la plantilla fue atacado por fanáticos de River Plate antes de llegar al estadio, en el barrio de Belgrano de Buenos Aires.
Algunos proyectiles rompieron vidrios del vehículo y a continuación la Policía empleó gases para dispersar a los agresores lo que terminó por afectar a los jugadores, según explicaron directivos de Boca.
Sin embargo, y mientras futbolistas de Boca eran tratados por personal médico y autoridades de los equipos y la Conmebol debatían qué hacer con el partido, multitud de personas fueron congregándose a las afueras del estadio, muchas de ellas provocando fuertes enfrentamientos con los agentes policiales.
Fuentes del Gobierno de la Ciudad aseguraron que asistieron a los alrededores del Monumental más de 100 mil personas, y desde la Policía informaron que hasta ahora son 29 los arrestados "por atentado y resistencia a la autoridad", aunque continúan fuertes disturbios.
Con el estadio lleno de hinchas en sus localidades esperando que comenzase el encuentro, la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol) postergó dos veces la hora del comienzo del partido, que originalmente se fijó para las 17.00 hora local (14:00 horas tiempo del centro de México), aunque finalmente optó por aplazarlo hasta el domingo a la misma hora.