Alemania, impulsada por el futbol vertiginoso de Nadiem Amiri y la pegada de Gian-Luca Waldschmidt, dio un paso en firme hacia su tercer Europeo Sub 21, superando a la combativa Rumania en un gran duelo futbolístico.
Marcado por el asfixiante calor en la tarde de Bologna, con los jugadores protagonizando un trepidante encuentro de ida y vuelta bajo 40 grados, las pausas por hidratación se produjeron cada 15 minutos. En nada afectó al espectáculo.
Alemania, vigente campeona, mostró su poder de inicio. Metida en el partido hasta su gol antes de ser atropellada por una reacción repleta de fútbol vertical de Rumania. Había avisado a los 20 minutos Öztunali con un disparo ajustado al poste de lo que llegaría segundos más tarde.
Una jugada de la escuadra rumana acabada con un remate al rival de Man que provocó un rápido contragolpe, lo explotó a la perfección Amiri. En superioridad condujo, recortó, amagó con el cuerpo y culminó su jugada con un derechazo potente al que reaccionó tarde Radu. Era el inicio de un recital. Siempre liderando el juego de ataque. Presente en todas las acciones para desequilibrar y poner criterio.
El descaro de Rumania y su 'anarquía' ofensiva, atacando en oleadas, no había dicho su última palabra. Reaccionó con grandeza al golpe. Cuando se puso por debajo en el marcador, sacó su verdadera cara. Comenzó a llegar a portería rival y provocó la duda en Alemania con veinte minutos de un gran despliegue físico.
Empató de penalti, cuando derribaron a Hagi, ambidiestro y difícil de frenar. Con Puscas asumiendo la responsabilidad del gol y dejando dos testarazos magníficos tras igualar el encuentro. El primero sirvió para que se consumase la remontada en el minuto 44 y en el segundo se lució en su estirada Nübel.
Rumanía no especuló. Salió directo a por Alemania tras la reanudación y pagó caro sus errores. Un penalti inocente de Hagi cambió el panorama. Nunca pensó que estaría dentro de su área cuando agarró al rival y regaló el empate al goleador del torneo Waldschmidt.
Fue el impulso definitivo para el vigente campeón que pasó al modo rodillo. Waldschmidt se topó con el poste y Rumanía comenzaba a ceder instalándose en la duda según se rebajaban sus fuerzas tras el gran despliegue físico. Amiri aparecía con continuidad, Waldschmidt acariciaba la escuadra y perdonaba la más clara con todo para marcar.
La entrada al campo del 'gigantón' Nmecha fue definitiva. Comenzó perdonando lo que un 9 no puede fallar, pero Rumanía no encontró la forma de frenarle. Provocó las faltas del gol de la remontada y del cuarto, expulsó a Pascanu y fulminó el sueño rumano.