Un gol de penal de Lionel Messi y aisladas ráfagas suyas fueron los únicos momentos luminosos del triunfo 1-0 de Argentina ante Ecuador en Buenos Aires en el inicio de la clasificatoria sudamericana al Mundial Qatar 2022.
En un estadio La Bombonera vacío para prevenirse del covid-19, Messi, a los 13 minutos, clavó un zurdazo de penal, bien esquinado junto a un poste, aunque el guardameta Alexander Domínguez alcanzó a manotear la pelota.
"Es un año complicado para todo el mundo. Con la Selección intentamos darle una alegría a la gente con esta victoria, en una situación difícil (por la pandemia de covid-19), y más allá del juego, que no fue el que queríamos", dijo el capitán de la Selección.
Banderas de aliento al goleador histórico de la Albiceleste fueron colgadas en las tribunas y un sistema de 30 altavoces difundió grabaciones de estribillos entonados por la hinchada argentina, para poner al menos pasión de fantasía en un estadio huérfano de emociones en la cancha y en las gradas.
Argentina jugará el martes próximo frente a Bolivia en la La Paz (3 mil 600 metros de altitud) y Ecuador recibirá a Uruguay en la también elevada Quito (2 mil 850 metros).
Lento y tedioso
El partido fue un somnífero, ideal para dormir plácidamente. Los dos equipos presionaron sobre el poseedor de la pelota. Nadie armaba juego. Nadie se desmarcaba. A nadie se le prendía la lamparita, ni se le caída una idea.
Messi estuvo un tiempito intenso y después se apagó al no encontrar socios. No hubo ritmo ni frescura creativa en Rodrigo De Paul o Leandro Paredes.
En Argentina sólo aparecían los destellos del infatigable luchador Marcos Acuña. A veces aparecía amenazante en el área Lucas Ocampos, como en el penal que le cometió Pervis Estupiñán.