No cabe duda que la realidad supera a la ficción, y la historia de Carlos Henrique Raposo Kaiser, el futbolista que tuvo una larga carrera como profesional sin jugar y sin tener habilidades con el balón, lo demuestra.
Durante su carrera de 13 años, el brasileño logró engañar a muchos equipos de su país como: Botafogo, Flamengo, América, Bangu, Fluminense y el Vasco da Gama. Sin embargo, su mentira traspasó fronteras, pues llegó a prestar sus servicios con el El Paso de Estados Unidos, Gazélec Ajaccio de Francia y con el Puebla de México.
Kaiser se hacía pasar como un jugador profesional sin tener habilidades y fingiendo estar lesionado gracias a la ayuda de sus amigos, quienes sí eran futbolistas, Carlos Alberto Torres, Renato Gaúcho, Ricardo Rocha, Romario, Edmundo o Gaúcho, que lo recomendaban a la mayoría de los equipos donde lo ficharon.
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Una de las claves de su gran engaño fue el fingir lesiones y faltar a los entrenamientos, como ocurrió con el Puebla, club con el que solo estuvo 6 meses.
"Los jugadores lo sabían, pero todos eran amigos míos. Los periodistas (a los que pagaba para que publicaran reportajes), nadie me persiguió", contó el Kaiser.
Era tanta la desesperación de sus equipos por verlo jugar, que contrataron a un sacerdote de magia negra para que le hiciera una limpia y por fin pudiera debutar, sin embargo, logró sobornarlo para mantener el engaño.
"Y en otro club en el que jugué, trajeron a un sacerdote de magia negra para realizarme rituales para que mi moretón sanara. Le estaban pagando bien, pero me acerqué a él y le dije: 'Toma tu dinero, amigo. No me pasa nada. Toma tu dinero y no te molestes en hacer lo tuyo porque tengo la intención de permanecer lesionado por el resto de mi vida'".
Además de su nula habilidad con el balón, Kaiser siempre salía de fiesta y por ende, estaba imposibilitado de entrenar al día siguiente.
"Todas las noches estaba en clubes nocturnos hasta las primeras horas de la mañana, de lunes a lunes. Nunca estaba en condiciones de entrenar o jugar por la mañana.
Me aseguré de que me vieran con los mejores futbolistas brasileños. El simple hecho de ser jugador de fútbol me convirtió en un imán para las mujeres. Era adicto al sexo, como Michael Douglas. Me acostaría con al menos tres mujeres al día", señaló en una entrevista con The Sun.
Carlos Henrique Raposo cuenta su historia en el documental 'The Greatest Footballer Never To Play Football: El mejor futbolista que nunca jugó al fútbol'.
EORM