Nunca quiso ser un ejemplo, pero la sociedad siempre busco que así fuera. Por eso la figura de Diego Armando Maradona se polarizó por completo; su faceta como futbolista nunca coincidió con sus escándalos y extravagancias personales.
Muchos coinciden que en el futbolista hubo una dicotomía muy clara: el Diego que fue muy cercano a la gente y un Maradona que se mareó con la fama y cayó en las adicciones.
El Diego cercano a la gente
Es octubre de 1994, Diego Armando Maradona ha sido suspendido 15 meses después de dar positivo en la Copa del Mundo. El Pelusa decide que es momento de dar el paso a la dirección técnica, así que se contrata con el humilde Mandiyú de las afueras de Buenos Aires. En esta primera experiencia lo acompaña el preparador físico Elvio Paolorosso.
La aventura dura muy poco, apenas 12 partidos; sin embargo, esta dupla se mantiene para el siguiente reto que es en Racing de Avellaneda, donde se repite la misma historia de los malos resultados y solo dura cuatro meses.
En todo este tiempo ambos se hicieron muy buenos amigos y por esa razón Paolorosso puede platicar del toque humano que tenía el Pelusa.
“Anécdotas hay infinidad, sobre todo la calidez y la gente de Corrientes, que era más tranquila que la de Buenos Aires, lo hicieron sentir muy cómodo y ahí mostró su sensibilidad. Me acuerdo que, en el lugar donde entrenábamos, había una señora mayor que lavaba la indumentaria deportiva y él al ver eso encargó dos lavarropas (lavadoras) y fue a dárselos personalmente, y le dijo ‘usted, el día que se vaya del club, se los lleva, porque son suyos’, esas son las actitudes que tenía”, cuenta Elvio a MILENIO-La Afición.
Después de la breve aventura en los banquillos, Diego regresó a Boca Juniors como jugador a mediados de 1995; lo acompañó Paolorosso como nuevo preparador físico del club. Después de un retiro provisional de 11 meses, ambos volvieron a trabajar juntos de una manera más cercana, pues Maradona le pidió que fuera su preparador personal para un último intento en el futbol profesional.
“Físicamente era un privilegiado, un toro; después tenía la rapidez mental… un día yo le pregunté, ‘Diego, ¿cómo haces para resolver tan rápido?’ y él me dijo ‘cuando me está llegando la pelota yo ya sé dónde están mis compañeros y mis rivales, cuando la recibo ya sé el destino de la pelota’, así que más allá de la habilidad, tenía esa inteligencia”, comparte Elvio de las características de Maradona.
La puerta equivocada
Pero Elvio Paolorosso sabe muy bien que Diego Armando Maradona nunca quiso ser un ejemplo para la sociedad, solo quiso vivir a su manera y eso lo estigmatizó de por vida. Él no trata de justificarlo, solo de entenderlo. El astro se lo confesó en su momento.
“La gente debería entender que un ídolo llega por determinadas circunstancias, pero que su vida privada es de él y tiene el derecho de vivirla como quiera. El Diego me dijo una vez que llegó a la cima de la montaña, que se sentía Dios, que todos pensaban que era Dios, y que él abría las puertas que quería y él abrió la puerta equivocada porque no escuchaba a nadie, porque lo habían elevado al estatus de Dios”.
Por eso también, cree que la sociedad fue más allá en la exigencia que tuvo del jugador: “La gente debería entender que la vida de cada uno hay que respetarlas como es y después disfrutar de las alegrías que no brindan esas personas; por eso decía permanentemente ‘yo no soy ejemplo de nada’ y tenía razón, pero la gente no entiende eso, piensa que se puede adueñar del ídolo y que éste haga lo que uno quiera”.
Sí, esa dicotomía Paolorosso la vio de cerca. Conoció en persona al Diego cálido, cuando ambos pasaban las horas después del entrenamiento tomando mate y comiendo tortas fritas, pero también supo del Maradona mareado por la fama, protagonista de los escándalos.
Hoy, cuando Diego ya no está, Elvio sabe muy bien qué recuerdo tendrá para siempre del Pelusa. “Yo me quedo con dos facetas, la de jugador y la de Diego, no la del Maradona famoso; la Diego humilde, sencillo y de barrio, que cuando estaba bien y lejos de las drogas era una persona adorable. Me quedo con Diego y me quedo con la fantasía del futbol”, remata.
FCM