Uno de los duelos con más interés dentro del futbol argentino es el que protagonizan Banfield y Lanús. Al igual que en México, son de esos que, desde las reservas, se juegan con la máxima exigencia y sin ceder un solo metro al rival, aunque a veces, ese ímpetu puede llevar a escenarios como el que se vivió el pasado 17 de marzo en el duelo de juveniles entre los ya mencionados clubes sudamericanos.
Apenas se disputaban los primeros minutos del duelo del torneo de reservas LPF (Liga Profesional de Futbol) entre el Banfield y Lanús, cuando el cuadro granate ya se había ido al frente en el marcador con un autogol tempranero de Tomás Adoryán; el panorama se pondría peor para El Taladro.
A los siete minutos, en la presión alta que ejercía el Lanús, Krilanovich intentó cortar el avance desde el campo rival, lo que obligó al defensa de Banfield Lautaro Cardozo a reventar el balón para saltar líneas; sin embargo, la pelota impactó fuertemente en el rostro del rival ocasionando que perdiera el equilibrio y cayera con todo su peso en la pierna del defensor, la cual se quebró en una escena por demás lamentable.
UNA EXPULSIÓN INEXPLICABLE
La atención para Lautaro fue inmediata, desde el ingreso del cuerpo médico hasta la ambulancia que lo trasladaría de forma urgente al hospital, Krilanovich, aún noqueado por el impacto en el rostro, no daban crédito a la lesión involuntaria que le había causado a su compañero de profesión; sin embargo, su preocupación se transformó en incredulidad cuando el árbitro del encuentro decidió mostrarle la tarjeta roja.
La expulsión fue duramente criticada por medios locales y durante la transmisión del partido, pues además que el silbante no le mostró la cartulina roja hasta que se dio cuenta de la gravedad de la lesión de Lautaro, es evidente que la acción derivó de un accidente después de haber recibido un balonazo en el rostro; incluso los jugadores de Banfield consolaron a Krilanovich por la polémica decisión arbitral.