Pelé y Guadalajara tuvieron una relación especial. Edson Arantes do Nascimento lideró a la Verdeamarela en el Mundial de México 1970 y encontró en la Perla Tapatía una segunda casa, que los recibió cálidamente y se convirtió en una fortaleza.
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“Solo me faltó ir a la luna, me faltó jugar en la luna, pero un lugar, un país que no puedo olvidar por el cariño, por la atención que ellos me dieron y por cómo me trataron es México”, dijo alguna vez el ex astro brasileño.
Guadalajara fue la sede de Brasil durante ese mundial, derrotaron a Checoslovaquia 4-1, a Inglaterra 1-0 y a Rumanía 2-0, en fase de grupos.
En Cuartos de Final vencieron 4-2 a Perú y en Semifinales 3-1 a Uruguay, Pelé anotó cuatro goles en el torneo.
El Club Providencia fue el lugar de entrenamiento brasileño, en ese entonces existían pocas canchas empastadas en la ciudad y a la delegación le gustaron las instalaciones.
Como recuerdo quedó un mural hecho por José María de Servín, que fue autografiado por Pelé.
Entre los mundiales del 70 y México 1986, el Estadio Jalisco se convirtió en una sucursal brasileña, jugaron 10 partidos de los cuales ganaron nueve y empataron uno.
Tras el título del 70, se inauguró la Plaza Brasil ubicada sobre la Calzada Independencia entre el Jalisco y la Plaza de Toros, donde destaca una escultura de tres futbolistas, obra hecha por Miguel Miramontes.
“Después con el premio que Dios nos dio, de ser campeones del mundo en México. A la afición mexicana, al pueblo mexicano le agradezco de corazón todo el cariño y toda la atención que nos dieron”; señaló.
SRN