Javier Aguirre vive su primer infierno como entrenador

El entrenador mexicano luchó hasta donde pudo, pero el Leganés terminó perdiendo la categoría este día en su juego ante el Real Madrid

Javier Aguirre, entrenador del Leganés (Reuters)
Higinio Robles
Ciudad de México /

Javier Aguirre se ha convertido en un punto de referencia para el futbol mexicano. El Vasco se forjó un nombre en México, pero sobre todo en Europa, donde goza de reconocimiento por la fama de ser un extraordinario bombero, por la capacidad que ha manifestado como apaga fuegos para rescatar a equipos que vivían con una fuerte amenaza para descender. Salía Javier a hombros de ese tipo de retos y con el agradecimiento de miles de aficionados.

No pudo ser esta vez, porque el Leganés sucumbió en Butarque, la estancia del conjunto pepinero en Primera División terminó con su visita al Real Madrid y se consumó su descenso a la Segunda División, un destino que se venía anunciando desde que se reanudó LaLiga a mediados de junio.

Primer descenso en la carrera de Javier Aguirre, un entrenador que había salido ganador en sus anteriores batallas. El Vasco es un tipo con un carácter y personalidad, toma con naturalidad cualquier situación positiva o negativa, siempre ha sido así, sobre todo porque a lo largo de su carrera han aparecido de manera constante a dirigir equipos en problemas serios, como si tuviera un gusto particular por las misiones de corte suicida.

La del Leganés es la primera de esas misiones que no ha logrado completar. Aguirre, quien siempre había salido glorioso, experimenta en carne viva el fuego del descenso; la culpa no es suya del todo, pero en el expediente quedará el registro. Tampoco es algo que le vaya a mortificar, sabía del riesgo.

Había triunfado el Vasco en todos los proyectos que había comandado con la necesidad de salir de la zona caliente, era un experto y en su ficha curricular siempre aparecían notas altas en ese apartado, de ahí que su fama y reconocimiento en Europa está asociado a la eficacia.

POTROS Y TUZOS

El Vasco inició su carrera en los banquillos como auxiliar, aprendió de Miguel Mejía Barón antes de dar el salto, sabía los manejos del vestuario a nivel jugador y adquirió la gestión del vestidor en la selección mexicana. Su primer reto lo tomó en Atlante, en la Temporada 1995-96, fue el primer equipo al que rescató. Luego viajó a España, para seguirse cultivando y cuando regresó tomó al Pachuca.

En los Tuzos fue donde ganó más peso. Llegó en el Invierno 98 y en el Verano 99 lo salvó del descenso en la última jornada. Un semestre después juntos ganaron su primer título en el futbol mexicano, igual de dramático. A partir de entonces su nombre sonó con mucha más fuerza.

AL RESCATE DEL TRI

Aguirre también tuvo dos episodios cuando acudió al rescate de la selección mexicana. En la eliminatoria rumbo al Mundial de Corea-Japón 2002 y en la eliminatoria rumbo a Sudáfrica 2010. En la primera relevó a Enrique Meza y en la segunda al sueco Sven-Göran Erikkson. En ambas logró la clasificación a la justa y fue quien se sentó en el banquillo tricolor.

EL VASCO ENAMORA ESPAÑA

Javier se fue a Europa tras el Mundial de 2002, tuvo el arrojo de ir a probar suerte al Osasuna, un equipo al que reinventó desde los cimientos y no solo lo hizo olvidarse de la zona baja de la clasificación, los llevó competiciones europeas, eso le valió el reconocimiento y que su nombre tomara más valor. Cuatro años estuvo Aguirre el Reino de Navarra.

Aguirre pasó por el Atlético de Madrid. Tras dirigir el Mundial de Sudáfrica 2010 el guion se repitió, estuvo unos meses a la espera de una oferta y esta llegó desde Zaragoza, España. El conjunto maño había caído a la última posición y fue requerido con urgencia. El Vasco trabajó a piedra y lodo y cumplió con la meta. En la última jornada venció al Levante por 2-1 y logró la permanencia.

Su fama de gestor de crisis ganaba adeptos, los clubes que vivían en la zona baja de España tenían su nombre como posición predilecta en su agenda, algo así como un “Llámese en caso de emergencia”. El Espanyol lo hizo en noviembre de 2012, cuando el argentino Mauricio Pochettino dejó a los Periquitos en el último lugar. Y sí, Javier lo hizo de nuevo, a falta de seis jornadas, el cuadro catalán aseguró la permanencia.

LEGANÉS, EL PRIMER INFIERNO

Después, vinieron los años en los que Aguirre tuvo algunas experiencias un tanto exóticas, dirigió a la selección de Japón, al Al-Wahda de Emiratos Árabes y a la selección de Egipto, pero en noviembre de 2019 el Leganés hizo la llamada de emergencia. El Vasco tomó el reto, lo asumió igual que los anteriores, pero en el camino aparecieron inconvenientes.

El conjunto pepinero posee una plantilla corta con respecto a otros equipos, aunque Javier les transmitió el espíritu de lucha que a él le caracteriza, perdió dinamita en enero, cuando a punta de billetazos Barcelona y Sevilla le quitaron a dos de sus jugadores con más peso en ataque, el marroquí Youssef En-Nesyri, que llegó al cuadro andaluz a cambio de 20 millones de euros. Y el danés Martin Braithwite, por quien los culés pagaron 18 millones de euros.

El conjunto de Butarque ingresó gran cantidad de dinero, pero perdió la dinamita que se requiere para aspirar a la permanencia. Este día, en la visita a San Mamés, el barco del Leganés terminó por hundirse, se mantuvo a flote lo que pudo, pero no llegó al puerto deseado. Bajará a la Segunda donde tratará de reinventarse.

Javier Aguirre experimenta su primer descenso, baja a los infiernos por primera vez en su carrera, seguro que de esto sacará aprendizaje, porque así es el Vasco, un tipo que ha sabido canalizar los golpes. Luchó hasta donde pudo, pero ahora no le alcanzó.

JMRS

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