El portugués José Mourinho, presentado como nuevo entrenador del Roma, aseguró que es "víctima" de lo que logró en su carrera y que lo que para él es "un desastre", para los demás "es fantástico", en relación a las críticas recibidas por sus últimas experiencias en el banquillo en la Premier League.
"Soy víctima de lo que hice, de la forma en la que me mira la gente. Lo que para mí es un desastre, para los demás es fantástico", afirmó Mourinho, presentado en una terraza en el Ayuntamiento de Roma ante unos setenta medios de comunicación y transmitido en directo en más de cincuenta países.
El técnico portugués pidió tiempo a sus nuevos aficionados porque hay "mucho trabajo por hacer", pero aseguró que en tres años está seguro de que los hinchas estarán celebrando "algún trofeo".
"Mis últimos tres clubes: título con el Chelsea, tres copas con el Manchester United, una final con el Tottenham. Llegué que iban duodécimos y acabamos en Europa. Lo que para mí es un desastre, otros nunca lo hicieron en la vida", afirmó Mourinho, quien estuvo acompañado por el director deportivo romanista, su compatriota Thiago Pinto.
Muy calmado, relajado, pero también listo para dejar claro su punto de vista sobre sus críticos, Mourinho subrayó que "los demás" están obsesionados con sus victorias, pero él no.
"No es una obsesión pensar en ganar. Hay algo de lo que no podemos huir. Es verdad que los últimos nueve técnicos del Roma no ganaron trofeos, es verdad que acabamos a 16 puntos de la Champions League. Tenemos que entender por qué, hasta llegar a lo que queremos", dijo.
"Esto es llegar, trabajar mucho, tener tiempo (para triunfar). Tengo tres años de contrato, luego el club decidirá el futuro. No podemos huir del hecho de que llevamos años que no ganamos, porque terminamos lejos del título. Nosotros queremos ganar, en futbol nunca digas nada, pero normalmente no ganas de forma inmediata", advirtió.
Destacó la belleza y la tradición de la ciudad de Roma, citó al emperador Marco Aurelio, pero puntualizó que no está en la capital "de vacaciones", sino para trabajar al máximo, pues "si no damos el 100 por ciento, no es suficiente".
RGS