Pelé es considerado uno de los mejores futbolistas en la historia de este deporte, y es que, Edson Arantes do Nascimento le cambió la cara al balompié debido a sus regates, su alegría con el balón en la cancha y sus goles.
En 21 años de carrera profesional (debutó en 1956 con el el Sao Paulo y se retiró en 1977 con el New York Cosmos), O Rei marcó un total de 1,284 goles y hasta hoy en día, es el máximo goleador de la historia del equipo paulista con 643 goles oficiales, la segunda mayor cifra en un mismo club, así como 12 goles en Mundiales (disputó cuatro Copas del Mundo: Suecia 1958, Chile 1962, Inglaterra 1966 y México 1970) con la Selección de Brasil, su último tanto con el Scratch do Ouro fue en la final de México 70 al marcar el primer tanto del 4-1 con el que doblegaron a Italia.
De todos los goles que marcó Pelé, es muy complicado hacer un listado de los mejores, pues la mayoría de tantos marcados por Edson Arantes do Nascimento fueron de una enorme manufactura, pero sin duda hay uno que es el más bello, el cual se le llama Los Cuatro Sombreros.
En 1959, con tan solo 19 años Pelé deslumbró al mundo. El legendario gol de O Rei se dio en un duelo entre el Santos FC vs. Club Atlético Juventus, duelo correspondiente a la fecha nueve del campeonato Paulista.
Pelé tomó la pelota en los linderos del área y entró quitándose a tres defensores con un sombrerito, al llegar frente al arquero, hizo lo mismo y con el marco abierto, únicamente empujó la redonda con la cabeza, un gol que enloqueció a los asistentes y a los televidentes, pues fue un duelo que se transmitió por televisión.
La placa
Este gol es considerado el mejor en la historia del futbol, el cual firmó Pelé en la cancha del Maracaná. El duelo entre el Santos y el Fluminense. Al minuto 40, La Perla Negra tomó la pelota en su campo y corrió hasta la portería rival quitándose la marca de siete futbolistas contrarios y ante la salida del arquero definió sutilmente, por lo que los asistentes de pie le regalaron dos minutos de aplausos.
De título en Suecia 1958
Con 17 años, Pelé disputó su primera Copa del Mundo (Suecia 1958) y marcó seis tantos, pero ninguno tan recordado como el anotado en la final del certamen ante Suecia. Tras un centro, Pelé bajó la pelota con el pecho, le realizó un sombrerito al defensor, quien le propinó una tremenda patada, la cual no lo doblegó y con el balón en el aire, O Rei fusiló al arquero
Primer gran gol
El 19 de junio de 1958 en los cuartos de final de Suecia, Brasil se enfrentó a Gales. En el minuto 21, Pelé recibió un pase dentro del área por parte de Didí. O Rei la controló con el pecho para darse la vuelta dejando plantado en el césped al defensor y de primera intención le metió el empeine a la redonda para llevarse el triunfo.
México 1970
Fue la última Copa del Mundo donde Pelé jugó con la selección de Brasil, El 10 de junio Brasil derrotó 3-2 a Rumania. En el minuto 20 del encuentro sacó un potente disparo desde fuera del área para mandar el balón al fondo de las redes. El esférico pasó por encima de uno de sus compañeros que se agachó mientras la redonda hacía un efecto curvo. Golazo inolvidable.
El gol que no fue de Pelé
El 17 de junio, durante la semifinal de México 70, donde el Scratch do Ouro se midió ante Uruguay. Tostao metió un pase filtrado para Pelé, quien corrió rápidamente por la redonda al igual que el arquero charrúa, quien se quedó desparramado en el césped luego de una finta de O Rei. La redonda pasó de largo y Edson Arantes do Nascimento alcanzó el balón y de media vuelta sacó un derechazo cruzado que le sacó pintura al poste. Sin duda si esta jugada hubiera terminado en gol, hubiera sido junto al ‘Gol del Siglo’ de Maradona como uno de los mejores en la historia de los Mundiales.
La finta
En la Copa Intercontinental de 1962, el Santos de Brasil se enfrentó al Benfica de Portugal. Tras un pase corto en tres cuartos de cancha, Pelé hizo una finta y el defensor de fue de largo, por lo que Edson Arantes do Nascimento condujo el balón hasta los linderos del área quitándose un par de zagueros y con un zurdazo envió la pelota al fondo del arco.
MGC