El Mallorca firmó este domingo la cuarta permanencia seguida en La Liga tras un agónico empate (2-2) ante el Almería en el estadio Son Moix.
Ese resultado, unido también a las tablas del Cádiz ante la UD Las Palmas, ha sido suficiente para que los bermellones, sufriendo hasta el final, salvaran la categoría in extremis.
Jugadores y afición esperaron sobre el césped el resultado del partido en Cádiz. Fueron minutos de mucha incertidumbre y nervios, que culminaron con el estallido de júbilo por la salvación.
El Mallorca afrontará el último partido de la Liga con 4 puntos de ventaja sobre el conjunto gaditano, suficientes para amarrar la categoría que se puso muy cuesta arriba con los goles de Sergio Arribas y Bruno Langa.
Cyle Larin y Sergi Darder fueron los autores de las dianas mallorquinistas. El gol del mallorquín fue soberbio y se coreó como si diera un título. El empate llegó en el tramo final, cuando cundía la desesperación en las gradas llenas de aficionados.
El choque empezó bajo la premisa del guión que se esperaba. La posesión del balón, el dominio y las ocasiones de gol fueron del equipo balear.
Larin tuvo una gran ocasión poco antes de inaugurar el marcador tras una salida en falso del meta Fernando. Su remate con comba casi sin ángulo se fue fuera por muy poco; el canadiense no fallaría poco después, al aprovechar un rebote en el área pequeña, para establecer el 1-0 (min. 28).
La ventaja dio paso a los mejores minutos del once balear, espoleado por su ruidosa afición que llenó las gradas de Son Moix.
El Almería apenas inquietó al meta Rajkovic, pero cuando lo hizo, no perdonó. Lo había intentado por medio de Luka Romero, nacido en México de padre argentino, que regresaba a la isla con la camiseta almeriense en calidad de cedido por el Milán.
El público no le perdonó su polémica salida del Mallorca, que le formó y le hizo debutar con 15 años y 219 días en Primera División. Gran parte de la afición le pito cada vez que tenía la pelota, pero su calidad creó zozobra en la defensa local hasta que fue sustituido en la segunda parte.
Cuando parecía que el 1-0 no se iba a mover antes del descanso, surgió la calidad de Sergio Arribas, formado en la cantera del Real Madrid, para silenciar las gradas con un gol de gran factura.
El Mallorca salió dispuesto a liquidar el choque en la reanudación.
Larin monopolizó las ocasiones, pero la defensa visitante respondió con acierto cuando fue requerida; y cuando no llegaba, siempre surgía la pierna o el cuerpo de uno de sus futbolistas para impedir un gol que ya se cantaba en las gradas.
La diana de Bruno Langa, un golazo, un obús que se coló por todo el ángulo, uno de los mejores de la temporada, volvió a silenciar Son Moix. Lo que era una fiesta de pronto se convirtió en un funeral.
El once de Aguirre atacó con todo en los minutos finales. Se seguía con tanta atención lo que estaba ocurriendo sobre el césped, como las noticias que llegaban desde Cádiz.
En plena vorágine ofensiva del conjunto balear, surgió la calidad de Sergi Darder. El de Artá controló un balón en el área y sin apenas espacios batió a un Fernando que ya era, de lejos, la gran figura de su equipo.
El 2-2 no se movió, ni tampoco lo hizo el 0-0 en el Cádiz-Las Palmas.
Los bermellones esperaron hasta el final sobre el césped para celebrar un empate que vale una permanencia.
RGS