Hoy en día, el Manchester City es sinónimo de grandeza en la Premier League. Los Citicens, son el equipo más caro en el futbol inglés, pues valen 104 mil millones de euros (según Transfermarkt) y cuentan -además- con algunos de los jugadores de mayor valor económico en el mercado.
No obstante, el City -actualmente dirigido por Pep Guardiola- tuvo que enfrentarse a varios obstáculos, entre ellos el descenso, antes de llegar a la posición en la que se encuentra.
El club se originó en 1880 bajo el nombre de St. Mark's para, en 1887, cambiar a Ardwick A.F.C y cinco años después se unieron a la Liga de Futbol inglesa como miembros fundadores de la Segunda División. Una serie de problemas financieros en la temporada 1893-1894 le llevaron a realizar una completa reestructuración que afectó a todos los aspectos del club, pasando así a llamarse Manchester City Football Club, tal como lo conocemos hoy en día.
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Ya bajo un nuevo nombre, el Manchester City tuvo en sus primeros años algunos de los más exitosos y logró el ascenso a la Primera División en la temporada 1898-1899. Tras casi cien años, el City comenzó a forjar una historia emocionante, sin embargo siempre estuvieron presentes los problemas financieros y del descenso.
CRISIS Y REESTRUCTURACIÓN
La década de 1980 se vio marcada por dos descensos a Segunda División del equipo, regresaron en 1989 pero su paso por el futbol inglés no cambió de tintes.
En la temporada 1997-1998, el Manchester City protagonizó uno de los peores sucesos en su historia; descendió a la Secodn División (tercera división). Tras esto, llegó un nuevo presidente, David Bernstein, que introdujo cambios importantes en el club, entre ellos una nueva política económica. Con esta nueva ideología, el Manchester City logró ascender en su primer intento tras vencer en los playoff al Gillingham. Estando ya en segunda división, lograron un ascenso consecutivo para poder regresar a la Premier League, pero esto resultó haber sido un paso demasiado apresurado para la estabilización del club, y en consecuencia, en 2001, el club volvió a descender a la segunda categoría para regresar al máximo circuito una temporada después.
La historia parecía repetirse en un ciclo sin fin.
LA SALVACIÓN ÁRABE
En el año 2008, el club estaba en una precaria situación financiera. Thaksin Shinawatra, ex primer ministro de Tailandia, había comprado el club un año antes por 121 millones de euros, sin embargo fue acusado en su país de corrupción y lavado de dinero.
Ante ello, el 1 de septiembre de 2008, Abu Dhabi United Group for Development and Investment, un grupo inversor de Emiratos Árabes Unidos (EAU), con Mansour bin Zayed Al-Nahyan como máximo accionista, se hizo con el control del club por 250 millones de euros. La compra fue seguida inmediatamente por un aluvión de ofertas por jugadores de alto perfil.
El Manchester City rompió el récord de transferencia británica mediante el fichaje de Robinho del Real Madrid por unos 40 millones de euros, sin embargo el equipo no veía mejorías en comparación con las campañas anteriores, por lo que se mostraron más decididos a la hora de comprar.
Robinho, primera gran estrella del Manchester City (AFP)
Para el verano de 2009, el club desembolsó más de 150 millones de euros para la contratación de jugadores como Gareth Barry, Roque Santa Cruz, Kolo Touré, Emmanuel Adebayor, Carlos Tévez y Joleon Lescott; el dinero estaba y el plnatel debía mostrar una mejor cara.
La inversión en jugadores continuó como una de las principales bases del Manchester City, como Sergio Kun Agüero, que llegó al equipo en agosto de 2011 o -un caso más reciente- Raheem Sterling que llegó a la institución en julio de 2015 y actualmente es el jugador más caro de la Premier League con un valor de 128 millones de euros.
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Una década atravesó el Manchester City entre la pena y la gloria; la inversión árabe fue una de las piezas claves para darle al equipo el rostro que conocemos hoy en día, la poderosa plantilla inglesa.
FCM