Entre todos los futbolistas brasileños que hemos conocido a lo largo de los años, es difícil elegir a uno solo que se pueda definir como "el mejor de la historia", Mané Garrincha es uno de ellos.
Manuel Francisco dos Santos, mejor conocido como Mané Garrincha, nació el 28 de octubre de 1933 y murió el 21 de enero de 1983; forma parte de los campeones de los Mundiales 1958 y 1962 y ganó la etiqueta del mejor gambeteador de la historia y el Instituto de Historia y Estadística del Futbol lo pusieron en el octavo puesto del ranking del mejor futbolista del siglo.
SU INFANCIA
Garrincha se crio en una familia de bajos recursos junto a 15 hermanos, quienes le dieron el apodo de Garrincha, debido a un tipo de pájaro feo, veloz y torpe de la selva de Mato Grosso.
Desde pequeño mostró sus pies chuecos; los tenía girados sesenta grados hacia adentro, su pierna derecha era seis centímetros más corta que la izquierda y su columna vertebral estaba torcida, todo debido a una severa poliomielitis (un virus que puede provocar paralisis).
Además, desde los 10 años se hizo adicto a fumar, fue operado sin éxito para curar sus piernas y los médicos no le diagnosticaron un futuro deportivo.
Garrincha vivía cerca de una fábrica de tejidos que pertenecía a un grupo empresarial inglés que tenía un equipo de futbol amateur y a los quince años comenzó su andar en el balompié.
LLEGADA AL FUTBOL
Posteriormente, Mané se unió al club Serrano donde jugó por casi un año y después volvió al Pau Grande. Comenzó a mejorar su nivel y le aconsejaron ir a Río de Janeiro a probar suerte.
Garrincha intentó probarse en el Fluminense -club del que era hincha-, después en el Flamengo y Vasco da Gama, pero no lo tomaban en cuenta, creyendo que sus problemas físicos le impedirían una buena actuación, hasta que el Botafogo le abrió las puertas.
En 1953 debutó en Primera División en el que es considerado el mejor Botafogo de todos los tiempos y desde entonces dio a conocer su gran jugada, la gambeta a la derecha, donde amagaba y pasaba el esférico.
En 1955 -dos años después de su debut- recibió su primera convocatoria para la selección brasileña donde permaneció por once años y alcanzó la gloria. Conquistó dos Copas del Mundo en Suecia 1958 y Chile 1962.
PROBLEMAS CON EL ALCOHOL Y DECADENCIA
El jugar de manera profesional agravó su situación física de manera constante y las lesiones se hicieron presentes; tras esto, Garrincha cayó en el alcohol.
A finales de la década de los 60's, Garrincha conducía el coche familiar donde viajaban su pareja Elza, una de sus hijas y la madre de su esposa; perdió el control y provocó un accidente donde falleció su suegra. Fue acusado de conducir ebrio y condenado a dos años de prisión, que cumplió en libertad condicional.
En los años posteriores, Garrincha continuaba siendo uno de los jugadores más queridos por el pueblo brasileño, pero ningún equipo lo quería en su plantel.
Su deterioro físico y económico llegó a tal grado que en 1974 sus ex compañeros decidieron organizarle un partido homenaje en el Estadio Maracaná.
LA CAÍDA DE UNA ESTRELLA
El 18 de diciembre de 1974, Garrincha recibió a la prensa en un departamento en Copacabana, donde "no tenía demasiados lujos pero no le faltaba nada", según dijo.
Además de las viviendas que tenía -y que heredó a sus hijas- lo único que le quedaba eran dos valijas llenas de medallas y fotos.
"Lo que me gustaría conservar son los aplausos y los gritos de la gente, no los puedo guardar ahí", mencionó en aquel entonces.
El alcoholismo se agravó y para 1976 se separó de su pareja Elza Soares y para inicios de 1983, el 20 de enero, Garrincha murió a los 49 años en Río de Janeiro por congestión pulmonar, pancreatitis y pericarditis. Todo dentro del cuadro clínico de alcoholismo crónico, según indicaron los informes médicos.
Su velorio se llevó a cabo en el estadio Maracaná, y su ataúd fue cubierto con una bandera de Botafogo, el club que lo vio brillar. Pelé sostuvo alguna vez: "sin Garrincha nunca me hubiera consagrado tricampeón mundial".
FCM