Muchos escuchan el nombre de Diego Armando Maradona y piensan en una cosa: talento puro. El argentino, que nos dejó a los 60 años de edad, es considerado uno de los más grandes jugadores que ha visto el futbol, por lo que su partida deja un hueco irremplazable en la historia del deporte.
Siempre presente en el debate junto a Pelé para definir al mejor jugador de todos los tiempos (una plática a la que seguramente entrarán Cristiano Ronaldo y Lionel Messi en el futuro), Maradona es un jugador siempre recordado por su Mano de Dios y el Gol del Siglo que hizo en el Mundial de México 1986, el cual ganó Argentina.
No queda ninguna duda de que el Pelusa fue la piedra angular para que la Albiceleste consiguiera el segundo título mundial de su historia (además de que es, de momento, el último). Pero, ¿qué pasó ocho años antes, cuando la fiesta de la Copa del Mundo se vivió en el país sudamericano? ¿Por qué Maradona no vivió la gloria del primer trofeo de Argentina, frente a su gente? ¿Qué fue lo que hizo que tuviera que vivir el Mundial de 1978 lejos de la cancha?
Para esto, César Luis Menotti, mítico entrenador de la selección argentina, tuvo que ver al tener que tomar la difícil decisión de dejar fuera a Maradona de su lista de convocados. ¿A qué se debía esto? Diego Armando en ese entonces solo era una gran figura del Argentinos Juniors que ya daba destellos de su grandeza. A sus 17 años, el Pelusa ya demostraba ser un jugador excepcional, pero la falta de experiencia le jugó en contra.
Fue el viernes 19 de mayo de 1878, a 12 días de comenzar el Mundial, que Menotti le dio la mala noticia a Maradona: no podría jugar el Mundial. El jugador elegido para aquel equipo fue Omar Larrosa, quien para ese entonces militaba con el Independiente de Avellaneda y que, gracias a esa decisión, disputó su única Copa en aquel año. Aquella convocatoria le permitió a otros jugadores participar en su única experiencia mundialista, a costa de los sueños del joven Maradona.
De acuerdo con Carlos Ares, quien escribía para El Gráfico de Argentina, él vio a un joven Maradona llorando por tal decisión, debido a que se le rompió la ilusión al joven de representar a su país en el mayor escenario del futbol: la Copa del Mundo. Sin fotografías ni videos que capturaran aquel triste momento, solo Ares pudo ser testigo de aquel momento.
“Aquel día me quedé a cenar (en la concentración de la selección) y cuando salgo del predio, solo, estaba oscuro, hacía mucho frío y escuché que alguien lloraba. Tuve la imagen más fuerte que recuerde: era Maradona, sentado al lado de un árbol llorando desconsoladamente. Le dije lo obvio. ‘¿Sabés los Mundiales que vas a jugar vos?’, y ese tipo de cosas que uno dice para consolar a un chico. Pero él me contestaba, llorando: ‘¿Cómo se le digo a mi papá?’. Decía que nunca lo iba a perdonar a Menotti”, relató Ares en el libro Vivir en los medios, del autor Leandro Zanoni.
Por supuesto, la historia fue mucho más benevolente con Maradona. Ocho años después le permitió liderar a Argentina para ganar en el Estadio Azteca y consagrarse como figura histórica del futbol, pero siempre quedará esa espinita de qué habría pasado si Diego Armando también jugaba con Argentina y formaba parte de los dos títulos.
FCM