Una de las frases que resaltó en la entrevista que Lionel Messi concedió a Goal.com para confirmar su continuidad forzada en el Barcelona, fue en la que se refirió al proyecto deportivo. Leo se queda, pero duda de lo que hay en el Camp Nou para competir y pelear por los títulos, él aspira a ganar la Chanmpions, de 2010 para acá solo ha ganado dos (2011 y 2015) y ha tenido que tragar saliva con los bochornos de Roma, Anfield y Lisboa; en los que, incluso, se le volvió a señalar como uno de los grandes culpables de los tropiezos culés.
“La verdad que hace tiempo que no hay proyecto ni nada, se van tapando agujeros a medida que van pasando cosas (…) Hay un entrenador nuevo, y una idea nueva. Eso es bueno, pero después hay que ver cómo responde el equipo y si nos va a dar o no para competir”, dijo el argentino el pasado viernes.
Ese lunes, Messi vuelve a los entrenamientos. La temporada está a la vuelta de la esquina. Ronald Koeman le quiere como piedra angular de su proyecto, así lo dejó ver el día de su presentación. Incluso ambos hablaron del nuevo Barça que se vislumbra, pero aún después de hablar con el entrenador holandés, Leo no se sentía convencido para seguir, tan es así que envió el famoso burofax. Ahora los papeles han cambiado de manera radical.
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Lo que hay en el Barça
La temporada del Barcelona en LaLiga iniciará a finales de septiembre, recibirá en casa al Villarreal. Para ese entonces el mercado no estará cerrado aún, pero se esperaría que la plantilla ya esté casi completa. Lo que hay, por ahora, no parece mucho mejor a lo que había el curso pasado y la operación salida aún no termina.
La base para la siguiente temporada será la misma, la crisis de la pandemia evita que el Barça pueda ir al mercado por algún fichaje estrella. La prioridad ahora es definir el futuro de Luis Suárez y de Arturo Vidal, salidas que pueden aligerar el gasto salarial; ni el uruguayo ni el andino entran en los planes de Koeman, ambos lo saben, pero ambos tienen contrato en vigor y hay que cuadrar las negociaciones.
Por ahora, las caras nuevas en el Barcelona son las de algunos jugadores que regresan de sus respectivas cesiones, futbolistas como Coutinho, Aleña y Rafinha. Mientras Pjanic, Pedri y Trincao son los fichajes más recientes, pero se esperaría la llegada de un delantero y de un volante. Ter Stegen seguirá en la portería, Piqué, Lenglet, Jordi Alba y Sergi Roberto como núcleo fuerte en la defensa, Busquets, De Jong en el centro del campo. Messi y Griezmann en ataque.
Por su revancha
Philippe Coutinho, el fichaje más caro en la historia del Barça, volverá para demostrar que está a la altura del club catalán, llega como campeón de la Champions después de estar un año cedido en el Bayern Múnich, donde recuperó parte de las sensaciones perdidas.
En el caso de Griezmann va por su segunda temporada en el Camp Nou, fue un fichaje del que se habló y se esperaba más, no estuvo ni cerca de los registros que logró con el Atlético de Madrid; Koeman cree que puede encontrarle un buen sitio en el campo para que pueda mostrar todas sus virtudes, después del primer año tiene que ser uno de los guías del equipo.
Ousmane Dembele es un jugador que tendrá que dar un salto definitivo para demostrar que está a la altura del Barcelona, parecer ser la última oportunidad para el extremo francés, un jugador eléctrico y desequilibrante que gusta mucho en el Camp Nou, pero al que las lesiones musculares y el factor anímico no lo han dejado despegar, pero la paciencia se puede agotar.
El futuro
Pedri (17 años) y Trincao (20 años), son dos apuestas de futuro, el primero, ya era proiedad del Barcelona, pero la última temporada la jugó cedido en Las Palmas, donde tuvo una destacada actuación en la Segundas División y ahora el cuadro culé lo ha recuperado. El portugués llega procedente del Sporting Braga de su país y este domingo debutó ya con la selección mayor de Portugal. Pero en ambos casos irán creciendo en el Barça y no se les puede ver como la solución de las carencias.
En ese renglón se encuentran dos jugadores fueron un soplo de aire fresco para el Barça en la última temporada: Ansu Fati y Riqui Puig. Dos chicos criados en La Masía y comprenden el viejo estilo culé que se perdió en los últimos tiempos en el primer equipo. Fati incluso ya debutó con la selección mayor este domingo y marcó un gol. Será uno de los jugadores sobre los que se posen las miradas por su talento para el desequilibrio en el mano a mano.
Mientras Puig es un volante al que le gusta entrar en contacto con la pelota, es el modelo extraviado de los últimos años, cuenta con gambeta y la capacidad para encontrar líneas de pase, el juego de asociación y enlace entre líneas se encuentra en Riqui.
Messi vuelve este lunes a la ciudad deportiva de Saint Joan Despi. Poco ha cambiado el Barcelona desde la última vez que jugó un partido oficial.