Considerado uno de los mejores jugadores en la historia del futbol, el Rey Pelé ha muerto, pero su huella en el deporte más importante del mundo, será imborrable, misma que también pudo plasmar en su paso por Jalisco durante el Mundial de México 1970.
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Y es que la tierra y del tequila y el mariachi tuvo relevancia para O'Rei, pues fue el bunker donde la “Canarinha” forjó de a poco uno de los tres títulos mundiales que logró obtener con el futbolista en sus filas, la Copa de 1970, fue una de las más especiales.
El Club Providencia, fue casa del seleccionado sudamericano durante su estancia para la justa, sin embargo, cuentan los que saben que todo empezó de manera sorpresiva, pues la logística no contemplaba dicho recinto, inaugurado en 1964, como la casa de la selección.
Las historias relatan que los socios en aquel entonces, decidieron dar el paso al frente y lograron recoger al equipo brasileño a su llegada a la Perla Tapatía, en distintos vehículos con el argumento de que se trataba de personas trabajando para la Federación Mexicana de Futbol.
El Providencia, no era la sede oficial designada para la escuadra de Pelé y compañía, pero después de llevarlos a las instalaciones, entrenar ahí y ser enterados de la situación, la delegación decidió que adoptarían el club como su lugar para trabajar.
Tal fue el gancho entre Pelé y el lugar, que en la actualidad, uno de los salones del sitio lleva el nombre del astro brasileño, en donde se pueden observar algunas fotos durante los trabajos que Brasil ahí realizó, una placa en su honor, así como su estampa luciendo en lo alto de la cúpula al centro del salón.
SRN