Con una exhibición de Rafael Leao, demostrando ser un equipo resiliente al reponerse del tanto inicial del PSG (2-1) y siendo dominante en ambas áreas, el Milán renació ante el combinado francés para rubricar su primera victoria en Liga de Campeones de la temporada.
También fue la primera tras cuatro partidos sin ganar y le sirvió para mantener vivas las opciones de pasar a unos octavos de final que ahora otea esperanzado.
Todavía tiene que hacer grandes papeles ante Borussia Dortmund y Newcastle, pero la victoria ante un PSG endeble y sin agresividad que desaprovechó una valiosa ventaja dio un respiro en el seno del combinado 'rossoneri', que se reencontró consigo mismo en el momento justo, al borde de una encrucijada que pudo ser decisiva en caso de derrota, pero que los milanistas encararon como un reto, como la oportunidad perfecta para darle la vuelta a la situación adversa.
Recibió San Siro al Milán con un ambiente espectacular, al nivel que la ocasión merecía. Una derrota prácticamente significaba quedarse fuera. Una victoria mantenía vivas las opciones, daba esperanzas de cambio a un equipo que últimamente transita en mares bravos. La moneda salió cara para el Milán en un partido en el que las transiciones pusieron la nota divertida para el aficionado neutro, que disfrutó de un torrente de ocasiones, de un ida y vuelta constante.
La primera llegó del lado local, con un Leao que avisó temprano que quería ser protagonista y que vio a Loftus-Cheek en la frontal. El luso cedió el balón, perfecto para la llegada del inglés, que mandó arriba el disparo en el que fue el primero de los dos reproches a su primera parte, que acabó siendo una de las más completas de la temporada y uno de los mejores del campo junto a Reijnders y Leao.
Y es que la inercia positiva del Milán se quedó en nada por culpa, precisamente, de un Loftus-Cheek que se olvidó de su marca en el primer saque de esquina de los parisinos, que encontraron el tanto en el minuto 9 para silenciar San Siro. Un tanto de Milan Skriniar en el que un día fue su estadio, pero con la camiseta del rival histórico del Milán, un Inter que seguro sonrío al ver el tanto de su excapitán, el primero en su cuenta personal con el PSG.
No se amedrentó el Milán. Tampoco tenía otra opción. Estaba contra las cuerdas, al borde de un abismo que le dejaba casi fuera de la Champions League. Pero respondió rápido con un disparo de Musah desde la frontal del área que permitió al Milán reengancharse rápido al duelo.
Tan rápido que en el minuto 12 encontró el empate de la mano de su mejor jugador. Señalado en los últimos días por no haber sido determinante, Leao pareció esperar a tener todos los focos apuntando hacia él para brillar más que todos ellos y, con una nueva arrancada, desarbolar la defensa del PSG.
Encontró en carrera a Giroud con un gran pase, disparó el galo y Donnarumma se mantuvo firme en la parada, pero en el rechace Leao se inventó una chilena que hizo enloquecer el Giuseppe Meazza, que empezó a creer de nuevo en los suyos, liderados por el jugador con más talento de la plantilla, crecido en la gran cita de la temporada.
El empate no cerró el encuentro. Los dos equipos cometieron errores y aprovecharon los del rival para hacer daño. El PSG, venido a menos con el paso de los minutos y sin tener demasiada incidencia en el juego, encontró el peligro en los zarpazos individuales de Demebelé, que se estrelló con el larguero, y de Mbappé, que falló en un uno contra uno con Maignan clarísimo cuando intentó picar el balón por encima del meta. Dos ocasiones que bien pudieron cambiar el curso del partido.
Por parte del Milán, un Giroud muy participativo finalizó la contra que creó Loftus-Cheek con un disparo potente que se estrelló en el lateral de la red, poniendo fin a una primera mitad plagada de ocasiones que pareció avisar al PSG de lo que le venía encima en la segunda.
Y es que fueron cinco minutos de dominio milanista, de un equipo convencido de sus posibilidades ante un PSG que se dejó llevar, 6 que desembocaron en el gol de la remontada, un testarazo de Giroud, colosal en el salto ante Skriniar para superar a Donnarumma.
Movió el banquillo Luis Enrique para intentar tener más control con la entrada de Fabián Ruiz y más presencia ofensiva con las de Kang-In Lee y Gonzalo Ramos en ataque, pero volvió a ser el Milán el que gozó de otra ocasión clara, esta vez con un disparo de falta de Theo Hernández que sacó Donnarumma con una gran parada.
Mejoró el PSG ante el conformismo del Milán, más cuidadoso y selectivo en sus movimientos, pero un cerrojo en área propia que impidió sacar a relucir la magia de las estrellas parisinas. Solo Kang-In Lee puso en aprietos a Maignan y a la zaga local con un disparo al palo en los últimos compases.
Mantuvo el cerrojo el Milán y se llevó los tres puntos para colocarse tercero con 5 puntos, a solo uno del PSG, segundo, y a 2 del Dormunt, líder tras su victoria ante el Newcastle, colista con 4 unidades en uno de los grupos más igualados de la competición.