Saber cabecear el balón es una característica fundamental para un futbolista, ya sea defensivo u ofensivo, pero según un estudio realizado en Noruega, la repetición constante de remates y golpes accidentales con la cabeza provocan daños en el cerebro.
Esta investigación, publicada en la revista Brain Injury, explica que el cerebro sufre cambios en sus patrones sanguíneos, por lo que podría interferir con las vías de señalización.
Los doctores tomaron muestras sanguíneas de 89 futbolistas profesionales de Noruega que tuvieron algún golpe accidental en la cabeza en algún partido o entrenamiento. Además, 48 de los participantes participaron en una práctica de jugadas a balón parado o escenarios similares y en una sesión de ejercicios que no permitió el contacto con la cabeza.
Las muestras de estos jugadores presentaron "alteraciones específicas" en los niveles de micro ARN en el cerebro. Estas son genes que están relacionadas a la regulación de la expresión genética.
Estos descubrimientos dicen que, debido a los cambios en los niveles de micro ARN, pueden usarse como biomarcadores para detectar lesiones cerebrales e incluso se podrían medir la gravedad del daño.
El médico Stian Bahr Sandmo, del Centro de Investigación de Traumas Deportivos de Oslo en la Escuela Noruega, fue uno de los directores del estudio y mencionó que próximos hallazgos podrían ayudar a "una mejor comprensión de los posibles efectos peligrosos de los impactos repetitivos en la cabeza".
RGS