Este fin de semana el Tottenham conquistó su quinta victoria como local, alentada por el fallo de Jordan Pickford, el portero del Everton, que aprovechó Harry Kane para el penalti y el inicio de la victoria de su equipo. Lo preocupante sucedió cuando se dio la lesión en el gemelo de Richarlison al comienzo del segundo tiempo.
Otra vez, Kane, goleador por cuarta jornada consecutiva. O por octavo encuentro de los diez disputados hasta ahora en la competición liguera de este curso. Ya son nueve tantos en diez citas, las dos últimas tan definitivas como que fue el único que batió la portería contraria hace una semana en Brighton (0-1) o el que abrió el triunfo de este sábado, sentenciado en el tramo final con el 2-0 de Hojberg, que definió con elegancia al borde del área.
Ni siquiera el hecho de que su gol fuera a través de una pena máxima resta valor al goleador inglés, porque el penalti lo provocó él, porque él fue el que estaba más atento de todos dentro del área y porque él intuyó un error que nadie percibía de Pickford, que falló al atrapar el remate con la izquierda de Matt Doherty, en un despropósito evidente que lo señaló de forma indudable en todo lo que sucedió después y que desencadenó la derrota.
Hasta entonces no lo venía nada claro el Tottenham, que dominó la posesión, jugó en campo contrario, propuso más que su rival... Y se quedó en poco cuando debió irrumpir en el área contraria, cuando debió dar el paso definitivo, puesto en evidencia que, cuando no logra correr con espacios, le cuesta más al bloque de Antonio Conte, preparado para el vértigo más que para la pausa, para la agitación más que para la paciencia.
Al borde de la hora del partido, antes del 1-0, el equipo de Liverpool había tenido las mismas ocasiones claras que el conjunto londinense con mucha menos posesión. La primera había sido suya, con la carrera de Demarai Gray a la que le faltó lo más complejo del futbol: la definición y la efectividad ofensiva.
Para el Tottenham, antes del gol, había dispuesto de una ocasión de Harry Kane, salvada por Pickford, y de otra Richarlison, que se fue a la ducha antes de tiempo por lesión. En el minuto 52 se tiró al suelo y se llevó la mano al gemelo de la pierna izquierda, antes de pedir el cambio y ser sustituido, encendiendo las alarmas pues es un hombre importante para la selección de Brasil.
Al retirarse del estadio, contestó sobre si creía que podría perderse el Mundial:
“Es un poco difícil de decir porque está cerca de realizarse mi sueño (la Copa del Mundo). Ya he sufrido una lesión así, parecida, pero espero que se pueda curar lo antes posible”.
Entre lágrimas, el futbolista abandonó el estadio y varios reportes desde Inglaterra señalan que se lo escuchó llorar en el vestuario. Para mayor preocupación, el delantero sudamericano tuvo que retirarse en muletas del recinto.
Las próximas horas serán fundamentales para saber si ese gesto de molestia es simplemente un pequeño dolor o si el músculo del brasileño tiene alguna lesión más preocupante y que pueda perderse la Copa del Mundo de Qatar 2022.
Después del 1-0, ya apenas apareció el Everton, doblegado de forma definitiva con el 2-0 de Hojberg, que culminó desde fuera del área una transición rápida del conjunto londinense, con la asistencia de Bentancur y la aportación clave de Harry Kane, el líder del Tottenham.
DAO