No queda ninguna duda de que Diego Armando Maradona fue sinónimo de fiesta, elocuencia y un poco de excentricidad. Un personaje al que se le notaba su presencia y que dejaba muchos momentos que hoy serán recordados sin duda alguna.
Una de sus últimas instantáneas se dio en Rusia 2018, más específicamente en el último partido de fase de grupos de Argentina. Sí, aquel encuentro en el que la Albiceleste se jugaba todo contra Nigeria por un pase a los octavos de final de la Copa del Mundo.
Mientras todas las miradas estaban fijadas en la cancha para observar lo que pudiera hacer Lionel Messi para tratar de salvar a la selección de Jorge Sampaoli, Maradona, uno de los embajadores de aquella Copa del Mundo, dio la nota y robó miradas en dirección a la tribuna.
Y es que Diego Armando vivió el partido de forma tan apasionada e inusual que fue inevitable que se hiciera viral por sus acciones, las cuales pueden ser identificadas por cualquier cibernauta que incluso no es un ávido seguidor del futbol, pero en la época del internet y los memes, reconoce al instante.
El mítico ex jugador, que en ese entonces tenía 57 años, robó miradas y la atención de los medios de comunicación a través de gestos obscenos hacia la selección africana, cuando Lionel Messi abrió el marcador al minuto 14; su evidente sufrimiento ante el empate momentáneo que consiguió Victor Moses al 51’ desde el manchón penal; así como sus celebraciones excesivas y eufóricas cuando Marcos Rojo perforó las redes al 86’ e hizo gritar a Maradona y toda Argentina.
Por si todo esto no fuera suficiente, Maradona también fue atendido al medio tiempo del partido tras una descompensación que sufrió. No hizo falta salir del Estadio Krestovski para que fuera atendido. El Pelusa volvió a la grada y vivió tanto la pena con la diana de Moses, así como el milagro de Rojo.
Aquel día, Argentina logró la hazaña y avanzó a octavos de final contra Francia (posterior campeón del certamen). Por su parte, Maradona demostró que, aún con Messi y la selección albiceleste en la cancha, seguía siendo suficientemente relevante para llevarse la nota por su forma tan peculiar de vivir el futbol.