En las calles de Sao Paulo reina la calma. Aquí no se percibe que apenas hace unos días Edson Arantes do Nascimento, Pelé, haya dejado de existir a los 82 años. Hoy, en el que será su última noche en la ciudad más importante de su país, apenas unos cuantos aficionados se asomaron al hospital Israelita Albert Einstein para mostrarle su admiración.
Este 1 de enero solo uno estuvo presente durante varias horas, mientras otros solo se paraban para ver lo que había puesto don Pedro López. Él se siente orgulloso porque afirma que ha estado en dos de los tres días que lleva el cuerpo O Rei en la morgue de este prestigioso hospital.
“Es mi manera de rendirle un tributo a quien yo considero el mejor futbolista de la historia de Brasil”, señala, mientras las dos pancartas que ha puesto sobre la banqueta lucen desérticas.
"Murió en mal momento"
Don Pedro tiene la justificación perfecta para las pocas muestras de cariño que ha provocado Pelé en su propio país: “murió en mal momento”, dice. Y sí, justo este fin de semana las calles de Sao Paulo se han vaciado porque los residentes suelen aprovechar el cierre del año para irse a la playa. Hay poca gente en las calles y eso se nota a simple vista.
Además, O Rei ha tenido que cederle su protagonismo a Lula da Silva en su toma de protesta. Este domingo, la atención mediática se la llevó el político que una vez más encabezará el gobierno del país sudamericano más poderoso. Tan es así que la misma familia de Pelé optó por aplazar los servicios funerarios para no chocar con este evento.
Y sí, a lo largo de la tarde son pocos los periodistas que se asoman al hospital para tener alguna actualización del homenaje que se le hará a quien fuera tres veces campeón del mundo.
Hasta la madrugada
Ya desde el jueves pasado, día en el que falleció Edson Arantes, se sabía buena parte de los homenajes que se le harán a partir del lunes. Eso sí, la familia fue muy discreta con la cuestión del traslado del cuerpo… por el temor de alguna aglomeración. Al final, tal parece que eso no será problema, pues el poco seguimiento que le ha dado el aficionado a la muerte de O Rei admite que quizá era un temor infundado. En fin, en la madrugada del lunes el cuerpo recorrerá 80 kilómetros de la citadina Sao Paulo para instalarse en Santos, el pueblo que Pelé puso en el mapa. Aquí sí se espera que haya euforia.