Ucrania, con una buena actuación del meta madridista Andriy Lunin, volvió a exponer los motivos que la ratifican como una de las selecciones más sólidas y ordenadas del Mundial Sub 20, tras eliminar este martes a Italia con el solitario gol de Serhii Buletsa y acceder a la primera final de su historia.
En un enfrentamiento que se anticipaba entre semejantes, por los parecidos entre el sistema, el estilo, la construcción del equipo y los registros que manejan los jugadores que lo constituyen, Ucrania demostró tener una idea más madura y preparada para competir.
Basada en su repliegue y la eficacia de su ejercicio defensivo, fueron los de Petrako quienes consiguieron incomodar a los italianos desde el inicio del choque. Entregándoles la posesión y cediendo desventajas numéricas en zonas de poco riesgo, pero saltando rápido sobre el 'cerebro' Esposito para evitar que activara a sus compañeros.
También contó con la buena labor bajo los palos de Lunin, que anoche estuvo en el banquillo de la selección absoluta de Ucrania, que jugó ante Luxemburgo, en partido de clasificación para la Eurocopa 2020, y esta misma mañana se incorporó en tierras polacas a la Sub 20 de su país.
Además, Popov, que terminó expulsado por doble amarilla y será una baja sensible en la final del sábado por su incidencia tanto en su área como en la rival, y Bondar se emparejaron con la dupla de delanteros italianos para limitar sus acciones.
De hecho, el central del Shaktar Donetsk pareció inabordable ante uno de los mejores atacantes del campeonato, Gianluca Scamacca.
Con Buletsa y Kashchuk ocupando las bandas del característico 5-4-1 de Petrakov, la extensión de los carrileros para ocupar sus respectivas bandas volvió a ser clave para dejar espacios a los más talentosos en zonas intermedias y para que la selección ucraniana pueda defender tan cerca de su portería sin riesgo a no poder estirarse.
De hecho, Danylo Sikan, la (única) referencia ofensiva, salió del campo para dejar paso a Supriaha, que imitó sus funciones pero mejoró los resultados. Así, el efecto de sus movimientos fue inmediato, pues la incorporación de Konoplia -uno de los mejores carrileros del Mundial- por la banda derecha terminó en un centro raso al primer palo que el delantero del Dynamo de Kiev dejó pasar, llevándose a su defensa en el arrastre, para que Buletsa llegara desde atrás para superar a Plizzari.
Con el resultado a favor, y un jugador menos desde la expulsión de Popov, las acciones de Supriaha frente a los centrales italianos, a los que sacó de sitio, venció en duelos individuales y desquició al provocarles constantes faltas, interrumpieron el ritmo que Italia necesitaba para llegar arriba.
A pesar de ello, Luca Pellegrini consiguió colgar buenos balones que sus compañeros, como en el caso de Capone, no acertaron a rematar dentro del área, por desacierto o por la concentración de Lunin para abortar las jugadas antes de su progresión.
Aún así, Scamacca hizo su última aparición en el torneo sobre la bocina al anotar, en la última jugada del tiempo añadido, un gol espectacular en el que controló un balón aéreo, se giro y remató con una media volea que entró con potencia por la escuadra.
El del Sassuolo saltó de alegría al haber iniciado la gesta italiana y prolongado la vida de su equipo en el torneo, pero el VAR anuló la jugada al entender que el delantero golpeó con su mano a Bondar instantes antes del primer control, por lo que los saltos de alegría se trasladaron de un banquillo a otro. Ucrania participaría por primera vez en su historia en la final de un torneo FIFA.
SFRM