Con el máximo respeto a la competición, remontando sin nada en juego y peleando por el triunfo hasta el último minuto del partido, el Real Madrid encontró el pleno de victorias en la fase de grupos de la Liga de Campeones, por tercera vez en su historia, imponiéndose al Union Berlín con goles repletos de reivindicación de Joselu y Dani Ceballos (3-2).
Es a lo que obliga el escudo del equipo que domina el historial de la Copa de Europa con sus catorce conquistas. Y no son palabras lanzadas al aire antes de la cita. Lo demostraron en el imponente Olímpico de Berlín los futbolistas del Real Madrid en una noche en la que, con el pase a octavos como primero ya firmado y con siete bajas, se vació en busca de una nueva remontada.
Un mal inicio de partido y un peor final del primer acto condicionó el último capítulo del Real Madrid en la fase de grupos. Salvado por Kepa, de vuelta a la titularidad, en el arranque. Voló al remate a placer, a bocajarro de Behrens, para salvar arriba el error de Luka Modric al primer minuto. El extraño fallo en un pase de exterior marca de la casa que convirtió en ocasión de gol para el rival.
En un partido intrascendente, porque el Real Madrid tan solo ponía en juego el prestigio, que no olvidará Modric. Incómodo con el papel que le está tocando en lo que tiene pinta de año final, con menor protagonismo del deseado en la casa blanca. Escenificado con su enfado en Sevilla cuando fue sustituido ante el Betis. Titular en Alemania, con la oportunidad de curar penas con un penalti que lanzó de la peor manera posible. Al centro, raso y blando.
Ronnow sacó con los pies la pena máxima y segundos después de la acción más básica del futbol, un balón largo para que fuese prolongado, encontró un error en cadena que se convirtió en regalo. De adelantarse en el marcador en el último suspiro del primer acto, el Real Madrid pasó a verse por debajo. Del fallo de Modric al de Nacho, que midió mal en su salto, y el de Alaba, que forzado despejó hacia su área. Un regalo para Volland, que no lo desaprovechó.
Convirtió en inservible el dominio madridista, la reacción a su mal inicio cuando apareció Fede Valverde en una posición nueva, de mediocentro con Dani Ceballos cerca, y sobre todo Jude Bellingham. No le dio descanso Ancelotti, que optó por correr un riesgo evitable en un encuentro sin nada en juego para su equipo. Expuesto a una mala patada jugando tocado de un hombro y un tobillo. O una sanción, amonestado por verse metido en una discusión. Apercibido de sanción para los octavos.
Su importancia es vital y sin Vinícius, 'Carletto' no imagina a su Real Madrid sin Bellingham en el campo. Aunque en esta ocasión perdonó la que tuvo, para adelantar a su equipo a los nueve minutos. Apareciendo como siempre con criterio al espacio, a un pase picado de Lucas Vázquez. Recortó y perdonó de zurda.
Ya se había adueñado por entonces del partido el Real Madrid, con las primeras apariciones de Rodrygo, asociándose con todos. Una volea de Ceballos, una segunda de Bellingham a centro de Fran García, una de las pocas novedades de inicio con Joselu, que se reivindicaron con hambre de minutos en la posterior remontada.
Lo acarició Joselu, frenado por la madera en la primera parte cuando su potente testarazo al centro de Fran lo repelió el travesaño. Una acción que se repitió para dar el triunfo al Real Madrid. El premio a su respeto a la competición. El delantero había rondado el gol, con un disparo de exterior que buscó la escuadra, y encontró el premio a su insistencia en la reivindicación de la figura del 9.
Dos goles de delantero centro puro en once minutos. Minimizado el Union Berlín a la mínima expresión, encerrado en su terreno con mayor espectáculo de sus aficionados en la grada que de los jugadores en el campo. No pudieron sostener los intentos de un Real Madrid liberado de presión que se estrelló con Ronnow en un disparo de tijera de Lucas y una doble ocasión de Rodrygo. Una parada de portero de balonmano al cabezazo del brasileño que se quedó sin marcar por segundo encuentro consecutivo.
Lo hizo Joselu, pugnando con su marcador para imponerse por alto y sacar provecho del centro de Rodrygo, al que Ancelotti tiró a la derecha para aumentar su peligro. Repitió con un segundo testarazo lanzándose para impactar abajo el centro de Fran García.
Lo sintió todo hecho el conjunto madridista, el pleno de victorias en el bolsillo, cuando se relajó en labores defensivas y fue castigado. Le faltó contundencia a Brahim y Kral, con un derechazo ajustado al poste, devolvía la igualdad al partido a cinco minutos del final.
Pudo darse por satisfecho con el empate, pero el Real Madrid enterró las dudas sobre su físico acabando en área rival y encontrando el tanto del triunfo en el premio a la lucha de Ceballos. Su derechazo cruzado desde la frontal, entre piernas de defensas rivales, fue inalcanzable para el portero del Union Berlín y dio, a un minuto del final, el premio económico al conjunto madridista.