Detrás de los éxitos y la fama que adquirió gracias a su carrera en el futbol, Wayne Rooney tuvo momentos difíciles que lo llevaron al alcoholismo. El actual técnico del Derby Country habló sobre cómo lidiaba con la presión de ser un jugador clave en el Manchester United.
En 2009, previo al nacimiento de su primer hijo Kai, Rooney se encerraba a beber en exceso. "Me encerraba a beber para sacarme todas esas cosas de la cabeza. Encerrarme me hacía olvidarme de esas cosas con las que tenía que lidiar. bebía en exceso en soledad", comentó en una entrevista con el diario británico Mail on Sunday.
Rooney añadió que solía sentarse en su casa y tomar por dos días seguidos. Usaba gotas en ojos e intentaba estar presentable para salir a los entrenamientos del Manchester United, a pesar de su mal momento.
Incluso estos problemas venían desde su infancia, pues confesó que siempre estaba enojado y era agresivo, de ahí su apodo Niño malcriado.
"Cometí muchos errores cuando era joven, algunos salieron en la prensa y otros no. Gestionar eso, gestionar todo lo que había en la prensa, gestionar mi relación con el entrenador (Alex Ferguson) de ese momento, gestionar mi familia, era muy difícil".
No obstante, para él era imposible hablar con sus compañeros sobre la depresión que tenía. Por consiguiente mencionó que los tiempos del futbol cambian y cómo ahora se visibilizan temas sobre la salud mental.
"Ahora las personas están más empoderadas a la hora de hablar de este tipo de cosas. En aquellos tiempos tenías que sufrir internamente antes de hablar abiertamente de tus pensamientos", añadió.
Hoy en día Rooney ha mejorado el control de sus emociones y ya no tiene ninguna adicción con el alcohol. Con 36 años, el técnico del Derby Country estrenará su documental que contará los martirios que vivió.
"Mi relación con la bebida está bien ahora. No tengo problemas. Aún tomo un trago de vez en cuando, pero no como solía hacerlo cuando jugaba. Está todo bajo control", sentenció.
RGS