Si aquel 22 de junio del 2011, día en que River Plate descendió a la B Nacional de la Liga Argentina, y fue el último partido que jugó Matías Almeyda como futbolista, le hubieran dicho que se iba a convertir en uno de los técnicos que iba a llegar a México para dirigir a uno de los equipos más populares de la Liga MX, ni él hubiese creído esa historia.
Nacido el 21 de diciembre de 1973 en Azul, provincia que se encuentra a 300 kilómetros que la capital de Buenos Aires, Argentina, Matías Almeyda siempre se destacó por ser un jugador de movilidad como volante por derecha. Una virtud que se hizo notar en la Primera División de Argentina con el River Plate, además de su paso por España e Italia donde estuvo siete años, hasta que decidió ponerle fin a su carrera en el 2005 para dedicarse al campo. Un deseo que sólo le duraría seis meses y que lo harían llegar a niveles depresivos, aseguró en su biografía "Almeyda, Alma y Vida", de la editorial Sudamericana, que fue escrita por el periodista Diego Borinsky y publicada en el 2012.
Dentro de esta historia de vida del ahora técnico de las Chivas del Guadalajara, Almeyda revela el terror de vivir con ansiedad, al punto de enfrascarse en el alcoholismo como una forma de calmar sus ataques.
"Me deprimí al dejar el futbol y también tuve serios problemas con el alcohol. Dos veces me descompuse; hubo que llamar a la ambulancia", dijo.
El plan de vida que tenía desde que jugaba futbol al momento de retirarse de las canchas, fue contraproducentes para el ex jugador de River. Cuatro años en los que vivió autodestruyéndose a los ojos de su esposa e hijas.
"Cuando entras en depresión ya no sos vos y no valoras al de a lado. Te encierras y no te quieres ni a vos mismo. Quería romper todo, era algo que me salía de adentro", se lee en su biografía.
Los ansiolíticos y antidepresivos no ayudaban en un hombre que parecía haber tocado fondo, y no se percataba del daño que estaba provocando en su familia, como por ejemplo, en una de sus hijas, quien dibujó a Almeyda como "un león viejo que estaba siempre triste y tirado". Algo que lo hizo despertar y salir del pozo en el que se había metido. La vida de Matías comenzó a revertirse, tanto que le fue esencial para regresar del retiro y volverse a poner la playera de River, 13 años después de haberla vestido.
En una temporada donde no le costó adaptarse al ritmo. Sin embargo, en su segundo torneo, esa historia de felicidad y reencuentro con el futbol se vino abajo cuando el conjunto descendió en aquel juego de promoción contra Belgrano. Almeyda no pudo disputar el encuentro de vuelta en el Monumental, tras acumulación de tarjetas, por lo que fue su último partido como jugador aquel 22 de junio.
El cambio a los pocos días de Matías fue radical, cuando se decidió darle el apoyo para que fungiera ahora como el técnico de los 'Millonarios'. A partir de ese momento, el nuevo estratega escribiría una de las historias más relevantes como debutante en el banquillo. Después de dos temporadas en la segunda división, el sueño y esos estragos que vivió durante cuatro años con la depresión, eran disueltos con el título y vuelta a la máxima categoría, donde su etapa duraría una temporada y media, tras ser despedido.
El seguir apegado al futbol fue lo que le devolvió las ganas de vivir a Almeyda. Su segunda prueba en el banquillo era el Banfield, que se encontraba en la B Nacional y decidió darle continuidad a los deseos de Matías. El tiempo y el pasar de las jornadas le permitieron al técnico soñar con el ascenso. Y así lo fue. Cuando el 31 de mayo logró subirlos a la primera división. Año después decide darles las gracias al equipo para proseguir su andar como estratega en un destino donde lograría devolver la alegría a un club en tan poco tiempo.
Septiembre del 2015, Chivas anunciaba a Almeyda como nuevo entrenador. De ahí, sus logros en 3 años han sido suficientes que se resumen en 5 títulos de 7 finales. Un técnico que con pocos refuerzos y apoyado de la cantera, logró devolver la euforia a aquella afición que no cantaba un campeonato de liga desde el 2006. Además de sus dos Copas MX y una Supercopa MX, recientemente logró ser campeón en la Liga de Campeones de las Concacaf, venciendo en penales al Toronto. Un triunfo que les otorga a jugar el Mundial de Clubes por primera vez en su historia.
Su familia y el futbol le devolvieron la vida a Almeyda, que se dudaría a simple vista haber pasado por semejante crisis personal. Un pasaje que quedará marcado en uno de los personajes que venció su ansiedad por ganar títulos.
Con información de Diego Paredes.