El partido que se presentaba como un escenario adverso para América, fue solventado por las Águilas sin muchas complicaciones. Miguel Herrera tuvo múltiples bajas que le obligaron al Piojo a montar un once con varias caras jóvenes, jugadores que debían aprovechar los minutos, porque con la llegada de los refuerzos, su tiempo de juego será a cuentagotas.
El 2-0 de anoche sobre Querétaro le permite seguir sumando a la espera de ver cuanto crece el equipo la semana que entra ya con sus refuerzos en el campo de juego.
Al inicio, América gestionó bien el partido, sobre todo porque Querétaro es un equipo que vive una crisis de funcionamiento, no es el equipo atrevido del semestre pasado, ha perdido gasolina y ha entrado en un escenario de falta de confianza.
En las primeras revoluciones América llegó al arco de Nicolás Navarro, pero Roger Martínez se perdió la primera para las Águilas en un remate con la cabeza. Los de Coapa se sentían seguros, porque su rival apenas inquietaba, estaba más preocupado de no sufrir daño que por ofender a su rival.
Entonces vino la jugada que puso en ventaja al cuadro americanista, Renato tomó el balón y el ecuatoriano se hizo el espacio para sacar un fuerte tiro con la derecha que entró muy cerca de la escuadra de Navarro, el portero queretano solo pudo girar la cabeza para ver cómo la pelota movía las redes a los 13 minutos.
Escenario ideal para el conjunto del Piojo, porque con las bajas que tuvieron ayer, la mitad de la tarea estaba hecha. Mientras, el cuadro de Rafael Puente estaba obligado a cambiar su cara, debían dar un paso al frente, asumir riesgos y mostrar coraje, porque se estaban muriendo de nada en el Azteca.
Pero vino el letargo, el juego era un buen somnífero, porque nadie lo agitaba; hasta la media hora los Gallos pudieron, por fin, estar más cerca del arco de Marchesín. Güémez con un tiro de media distancia que fue desviado, puso el balón en el poste. Y después Sanvezzo exigió al arquero en un tiro libre que fue desviado por el guardián azulcrema.
La respuesta amarilla fue un contragolpe en el que Clemente decidió mal en la última zona, porque cuando llegó al área ni cedió la pelota a Renato ni remató a gol. Tras el descanso, Puente le movió a su escuadra, sacó a Trejo e ingresó al Keko Villalva, estaba obligado a ser más atrevido. George Corral sacó un tiro de media que Marchesín desvió con un manotazo.
Más emoción y menos bostezo, porque América también entendió que debía jugar más en campo contrario, más cuando Sanvezzo exigió de nuevo a Marchesín en un tiro libre; el asunto es que cuando el Piojo volteaba en la banca, encontraba poca dinamita. Renato estuvo cerca del segundo en una buena combinación con Roger, pero ahora sí Navarro tapó su disparo. Pero en la recta final, Ayron del Valle cometió un penal sobre Guido Rodríguez, acción que revisada en el VAR y que Roger convirtió para asegurar el triunfo.
Lo mejor de ayer fue el resultado, tres puntos a la bolsa que devuelven a América al camino del triunfo, pero con una doble lectura. Los refuerzos tienen que dar un salto de crecimiento y calidad al equipo. Y que a los jóvenes aún les falta para lograr tener más peso en el equipo, por lo pronto, el escenario más adverso lo solventó de manera discreta.