Semáforo rojo para la buena racha de América. Las Águilas empataron a un gol con Toluca, un resultado que parece servirle más a los Diablos por la inercia negativa con la que llegaron al Azteca. Aunque los azulcrema mejoran un poco, no es suficiente para cuajar un buen partido, porque no hay generación de juego, le falta desequilibrio y lucidez en ataque, tiene la pelota, pero no la hoja de ruta para saber qué hacer con ella.
América cambió su traje de las últimas semanas, regresó a la línea de 4 que mostró en el segundo tiempo en Puebla, un sistema que le permite tener más jugadores en ataque. El Piojo le dio la confianza a Benedetti y Suárez, quienes tuvieron su primer juego como titulares del torneo, en el juego de media semana fueron los que agitaron al equipo y el timonel de las Águilas apostó por ellos en busca de más volumen de juego.
Los de Coapa buscaban asociarse a partir de Benedetti el colombiano flotaba en el eje de ataque, se movía con libertad buscando ser el que distribuyera la pelota. Buenas intenciones y en algunos lapsos se veía más idea a la hora de elaborar jugadas con mejor sentido que en semanas anteriores.
Toluca tomó sus precauciones, la zaga toluqueña es la más castigada del certamen y tenía que tomar sus precauciones porque enfrente estaba la mejor ofensiva del curso. Era un poco mejor América, y el cuadro amarillo encontró el gol.
Lo hizo en una pelota parada, un tiro libre que cobró Suárez, un tiro con la zurda al que el portero Luis García se pasó, recompuso y rechazó con el pie, pero dejó la pelota a la deriva, y Viñas la cazó, el charrúa llegó presto y la empujó sin problemas al fondo al minuto 19.
El juego pasó a ser un duelo de destrucción, ambas escuadras priorizaban que la pelota no llegara a su área con peligro, porque en la retaguardia los dos han tenido sus yerros. Toluca dio un paso al frente, se acercó en la pelota parada, justo la manera en la que ha sufrido tanto el cuadro bajo de las Águilas.
Sambueza sacó corto para López, el Dedos puso la pelota en el área, la bola se le escurrió a todos, llegó a segundo palo donde el central escarlata, Brandon Sartiaguín, la controló, dribló a Sebastián Cáceres y tiro para vencer a Ochoa en el área chica. Los Diablos reaccionaban al 28’.
Las emociones escasearon, Toluca tenía mucho orden sin la pelota, pero América empezó diluirse, ya no había conexiones y en la última zona no aparecía el desequilibrio ni el arrebato, aunque en el cierre del primer tiempo los de Coapa trataron de nuevo de llegar con peligro, no prosperaron sus intentos.
UNA LESIÓN MÁS A LA LISTA
Para el inicio del complemento, el Piojo tuvo que mover el banquillo. Viñas salió por una molestia en la rodilla izquierda, su lugar lo tomó Roger Martínez y el colombiano apenas estuvo 9 minutos en el campo, porque se marchó con molestias musculares en la pierna izquierda. Así que entró Giovani, pero el plan de Herrera daba un giro inesperado.
Buscó América con algunos tiros de media distancia, pero ahora sí estuvo atento el portero García. Córdova también entró de cambio por González y las Águilas tenían en la cancha todas sus opciones ofensivas para buscar el gol que les pusiera en ventaja.
Le faltaba chispa a las Águilas. Se presume que Córdova, Suárez, Giovani, y Benedetti son jugadores que tienen esa cuota de desequilibrio, pero no pudieron exhibirla, en parte porque Toluca tuvo como prioridad evitar el daño, llegaba al Azteca con tres derrotas en filo y cortar esa sangría era una cuestión fundamental, pero también estos jugadores están lejos de su mejor versión.
Tuvo la pelota América, pero no la lucidez para saber qué hacer con ella. No encuentra ese famoso volumen de juego al que hace referencia el Piojo. América llega a los clásicos lejos de una versión que pueda ser confiable, el primero contra Chivas, la próxima semana en el estadio Azteca, será un duelo entre dos equipos que están separados en la tabla general, pero en lo que muestran en el campo no están tan lejanos uno de otro.
FCM