El futbol femenil en México ha tenido un gran avance desde la creación de una Liga profesional en 2017 y, con la meta de continuar creciendo, la Asociación de Futbolistas Mexicanos dio a conocer un manifiesto con demandas que buscan mejorar las condiciones de las jugadoras.
"Firmamos este manifiesto con el fin de reconocer la situación actual del deporte femenil, plantear las necesidades que aún quedan por satisfacer, y los retos que aún nos separan de una verdadera equidad de género", escribió la AMFpro en su sitio web.
El texto reúne cinco importantes peticiones, la primera de ellas busca que las mujeres sean reconocidas como "seres humanos completos", o sea que puedan estudiar, trabajar o ser madres según ellas lo decidan sin tener que preocuparse por que esto las obligue a dejar el futbol.
Asimismo, señalan que es importante mejorar los sueldos que perciben de manera que el jugar futbol pueda ser su único sustento y no se vean en la obligación de buscar algún otro empleo.
Otra de las peticiones radica en que se deje de ver "quién juega, quién transmite, quién comenta y quién dirige" y que se vea, en cambio, cómo lo hace en virtud del futbol, del "deporte mismo" sin importar si el género es masculino o femenino.
A su vez se señala la búsqueda de que el futbol femenil se convierta en un "negocio autosustentable ajeno a su contraparte varonil", asumiendo responsabilidades como: "capacitarse, innovar, vender, crear mercados, usar tecnología, rendir bajo presión y dar resultados".
Los dos últimos puntos piden que se deje de cosificar sexualmente a las jugadoras y que se terminen las comparaciones con sus "referentes masculinos"; además, se busca que el futbol femenino siga siendo una plataforma que le de voz y luche por las "mujeres, comunidad LGBT+, grupos desaventajados socioeconómicamente, ambientalistas, etc."
Muchas jugadoras mexicanas han firmado este manifiesto, no sólo las que militan en la Liga MX Femenil, sino también jugadoras que actualmente se encuentran en el futbol europeo como Charlyn Corral y Cecilia Santiago.
SFRM