Con 15 años como árbitra profesional, Sandra Ramírez acaricia de cerca su mayor anhelo: espera ser llamada al cuerpo arbitral que estará en la Copa Mundial de Futbol de 2026.
Ella se ha abierto camino en un terreno dominado mayormente por los hombres. Es árbitra profesional e internacional y actualmente se desempeña como asistente en la Liga MX, tanto femenil como varonil.
Siempre le gustó el deporte; desde el kínder, primaria y secundaria practicó atletismo, pero ya en la preparatoria y en la universidad se cambió al futbol y formó parte de la Selección Jalisco en la Universidad Nacional, y fue ahí donde su camino tomó un nuevo rumbo.
¿Qué se requiere para ser árbitro profesional?
Sandra Elizabeth Ramírez Alemán es cirujana dentista y, aunque ejerció su carrera durante un tiempo, motivada por un entrenador, se inclinó por el arbitraje.
“Uno de mis entrenadores de futbol en la universidad era árbitro profesional y, por el tipo de carácter y cómo me comportaba en los partidos, una vez me invitó a hacer el curso de árbitro. Sí me llamó la atención y por eso decidí, durante la carrera, hacer también la carrera de árbitro, y fue así como caí de este lado”, recuerda.
Y es que para ser árbitro se necesita temple; no cualquiera puede con una profesión en donde las mentadas de madre están a la orden del día.
“Todos los árbitros somos una especie rara en el planeta, porque creo que a nadie le gusta el rol que muchas veces nosotros tenemos en la cancha y fuera de ella. La mayoría de los árbitros decimos que tenemos la piel muy gruesa; nos digan lo que nos digan, generalmente tenemos una manera diferente de enfocarlo para que no nos afecte en nuestro desempeño”, describe.
Entre sus cualidades, Sandra menciona ser “mandones y que se hagan las cosas de manera correcta; tratamos de hacer justicia y siento que somos como una mezcla de muchas disciplinas”.
Fue eso lo que vio en ella su entrenador y por ello dejó de ser futbolista para ingresar al arbitraje y, tras seis años como árbitra central, se inclinó por ser asistente o abanderada.
“Cuando uno ingresa al arbitraje profesional, después de unos años uno se decide por alguna de las dos, dependiendo del perfil y de tus cualidades es como uno va eligiendo. Sí fui árbitro central hasta los 27 años y posterior a eso me definí como árbitro asistente, y ahí se dio más mi desarrollo a mayor escala, pero también en aquel entonces no existía la Liga MX femenil y teníamos menos reflectores las mujeres; había un poquito más de trabas y todo estaba mucho más hermético, entonces no había tantas oportunidades como ahora”, reconoce.
Abrirse camino en la cancha, pese a la resistencia
Con su cambio a árbitra asistente se le fueron abriendo más puertas, aunque no fue fácil ser aceptada, pese a que ya había un grupo de árbitras que fueron las pioneras en el medio.
“Sí fue difícil. Creo que la etapa más complicada no fue conmigo, sino con mis predecesoras, como Lucila Venegas, Vicky Tovar, Quetzaly Alvarado; de asistentes, Isabel Tovar y Maite Chávez. A muchas de ellas no se les abrieron las puertas como hoy en día las tenemos abiertas las nuevas generaciones; creo que sí ha sido un camino difícil para todas, pero en especial para las que ya no están”.
Tampoco fue fácil soportar gritos, reclamos, señas y todo lo que tanto futbolistas como entrenadores y aficionados les gritan a los árbitros cuando no están de acuerdo con sus decisiones.
“Fue difícil porque al principio me enojaba cuando me reclamaban, cuando me gritaban y obviamente hasta la fecha no me gustan ese tipo de acciones, pero soy un poco más tolerante a ciertas frustraciones de las otras personas; creo que uno se va adaptando al medio donde se desenvuelve”.
Sandra asegura que la relación con sus compañeros siempre ha sido buena, de tú a tú, pues nunca ha recibido ningún comentario en contra, maltrato o mala disposición de ellos; sin embargo, considera que el futbol mexicano no estaba preparado para recibir a tantas mujeres en su momento en el medio, por lo que hubo cierta resistencia a su llegada como figura de autoridad.
“Al futbolista aquí de repente le cuesta la imagen de autoridad, porque si se dan cuenta no solo es con las mujeres; a veces la manera de desaprobar hacia los hombres es de la misma forma, que no es de la mejor manera, pero creo que va de acuerdo con la presencia de la figura de autoridad, y si a eso le aumentamos la presencia de una mujer, es todavía un poquito más complicado”.
Amplia experiencia, próxima meta: Mundial Varonil 2026
Con 15 años en el arbitraje profesional, Sandra Ramírez ha participado en eventos internacionales como el Campeonato Mundial Sub 20 femenil de Costa Rica 2022, el Mundial femenil de Nueva Zelanda 2023, los Juegos Olímpicos de París 2024, el Mundial Sub 20 varonil en Chile, la Copa Oro, la Nations League y las eliminatorias rumbo al Mundial 2026, al que espera ser llamada.
“Aún no sale la lista y no sabemos quiénes serán los privilegiados, pero seguimos trabajando para los objetivos del Mundial. También en 2027 está el Mundial de mujeres en Brasil y tenemos que seguir trabajando para buscar esos objetivos a nivel internacional y consolidarme aquí en la Liga MX de hombres. Mantenerme físicamente en el top, porque nosotros hacemos pruebas físicas cada tres meses y medio; entonces es toda una hazaña mantenerme sana y en mejores condiciones para terminar mi carrera en Liga MX con muchos mundiales, eventos internacionales y Juegos Olímpicos”.
Recientemente, Sandra tuvo actividad en la Liguilla del futbol mexicano varonil y, pese a las dificultades que encontró en el camino, la perseverancia y la disciplina han sido la clave para mantenerse motivada y sortear incluso graves ofensas que tienen que ver con el género.
“¿Lo que más me enoja? Que me manden a lavar trastes; creo que a todas las árbitras, que se dirijan hacia nosotras con un comentario de ese tipo por ser mujer, es lo que más nos ofende. Si nos mientan la madre, nos la rayan, eso como que es normal —no debería ser normal—, pero dentro de lo que cabe no es tan ofensivo; pero creo que ese tipo de comentarios sí son los que hacen que me hierva la sangre”.
No obstante, ella no tiene ninguna preferencia en arbitrar a hombres o a mujeres, pues ambos tienen su grado de dificultad y sus particularidades.
“Afortunadamente nosotras tenemos esa adaptabilidad, porque en el futbol de mujeres de repente suceden acciones que generalmente no pasan con los hombres, y a veces es un poquito más de concentración, de tener en la mente las reglas de juego. De repente pasan situaciones que son de librito, pero también ha crecido muchísimo el futbol y a veces las jugadas son igual de rápidas; las técnicas de las mujeres también, sobre todo las top a nivel internacional, son partidos muy intensos”.
Ejemplo para las próximas generaciones de árbitras
Las metas de Sandra Ramírez son altas y, para fortuna de ella, el futbol femenil va en crecimiento y las árbitras se están abriendo cada vez más puertas, por lo que ella, junto con sus compañeras, busca ser un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones.
“Afortunadamente vivimos en una era en la que el deporte en las mujeres se está desarrollando de manera exponencial, así como las árbitras, y creo que es tarea de todos seguir fomentando que las niñas, lo que quieran ser de grandes, pueden hacerlo. Creo que es una meta o una misión que mis compañeras y yo queremos reflejar a las niñas del futuro: que puedan ser en la vida lo que ellas se propongan ser”, concluye.
JVO