En una declaración que llamó poderosamente la atención, después de golear a Cafetaleros por 4-1, Diego Maradona comentó: "Cuando entré a la cancha, miré hacia arriba y me sentí en el estadio de Boca Juniors". Con poco más de 10 mil personas en las butacas, Dorados tuvo una de las mejores entradas del torneo y en la cancha, su mejor desempeño. Y su estadio, el que el entrenador confunde con La Bombonera, como el cuadro culichi, se mantiene en obra para mejorar.
Hasta el momento, el estadio Banorte, que por cierto cambiaría de nombre a partir del siguiente año, cuenta con un aforo de 23 mil asistentes y en los alrededores cercanos del recinto, desemboca un pequeño lago, colinda con el centro de Culiacán y gran parte de las entradas se mantienen en reparación, debido a la ampliación que se pretende a partir del 2019. Como todos los inmuebles mexicanos, predominan los espacios otorgados a patrocinadores.
Sus butacas, la mayoría en buen estado, hacen juego con los colores del club, con un amarillo y azul; en la cabecera norte se ubica la porra de Dorados, mientras que en el sur, del lado donde más pega el fuerte sol, es poca la afición que se da cita. Eso sí, el inmueble cuenta con varios palcos, donde se ubican directiva e invitados especiales. La cancha, por el contrario, muestra un desgaste importante, producto del uso y las altas temperaturas.
Por cuenta del espacio propio para Maradona, en el vestíbulo principal del estadio, el túnel que conecta la calle con la grada, existe un mural dedicado a Diego, donde se le da la bienvenida; mientras que en el área técnica, como el mismo Mario García, uno de sus auxiliares lo comentaba, el espacio es muy reducido entre sus integrantes. Esta es la nueva casa del timonel argentino.