Dicen que no hay mal que dure 100 años y en esta ocasión, tampoco afición que lo soporte. Atlas está a 180 minutos de romper con la sequía mas importante de títulos en el futbol mexicano, al caer ante Pumas 0-1, pero avanzar a la gran Final del futbol mexicano por mejor posición en la tabla por marcador global de 1-1.
Fue la noche de acabar con los demonios, de eliminar al que hace 17 años les robó la ilusión precisamente en este inmueble, por los que estaban y por los que ya no están. 22 años tuvieron que pasar para volver a ver a los Zorros en esta instancia.
Atlas tuvo la primera en los pies de Jairo Torres, la jugada se dio en el 8’, pero el peligro fue menor. La realidad es que Alfredo Talavera en la primera mitad fue factor para que Pumas se fuera al descanso con ligera esperanza.
Fue un duelo cerrado en donde los Zorros replegaron líneas, la presión alta fue utilizada en momentos específicos, sabían que a gente como Diogo y Meritao no se le puede regalar espacios, América lo hizo la semana pasada y lo pagó muy caro.
Talavera apareció al 20’ y el 34’ nuevamente. A medida que el guardameta universitario figuraba, el Estadio Jalisco retumbaba, en el entendido de que un gol pondría la serie cuesta arriba para Pumas,
Andrés Lillini rompió el juego para la segunda mitad. Tres cambios de golpe. Marco García, Corozo y Oliveira ingresaron. Era matar o morir en la perla tapatía y los Rojinegros no solo tenían en ese momento la ventaja de la mejor posición en la tabla, el tiempo también se convirtió en un aliado.
El premio lo encontró Pumas quizás en la jugada menos pensada, en el último tercio del juego y cuando la esperanzaba comenzaba a diluirse, Camilo Vargas, el hombre infalible, lo hizo. Un rebote revivió a los Universitarios.
El disparo vino por parte de Efraín Velarde desde las afueras del área, Vargas escupió el balón al centro y el olfato goleador de Juan Dinenno lo llevó hasta tierra prometida para empujarla al fondo de la red. Al 75’, Pumas se fue al frente, el global estaba empatado y la agonía se sentía en el Coloso de la Calzada.
Julio Furch la tuvo dos minutos después, era cuestión de empujar un centro en la raya de gol y con Talavera fuera de circulación, pero el delantero argentino la mandó por un lado. Si, el final tenia que ser “A lo Atlas”.
Y es que Pumas se quedó con uno menos por la expulsión de Dinenno, que por una patada en el rostro de Jesús Angulo se fue a las regaderas en el tiempo de compensación.
A los capitalinos ya no les dio para más, pero tenia que ser así, “A lo Atlas” por que la mística de este club se ha formado en no bajar los brazos en los momentos de apremio. Jueves en León, domingo en el Estadio Jalisco. En 180 minutos los Rojinegros pueden acabar con la malaria mas grande que les atormenta desde 1951.
JMH