Con el silbatazo final del partido, entre aplausos y globos con figura de balón fue despedido el entrenador Adrián Pérez Najar.
Familiares, amigos, jugadores, entrenadores y alumnos se dieron cita en la iglesia de San Nicolás de Bari para acompañar a Adrián en la celebración eucaristíca de cuerpo presente.
Con porras y aplausos despidieron a Adrián Pérez quien formó a grandes jugadores, pero sobre todo a personas, con valores y mucha dedicación al fútbol.
El capitán del equipo de tercera división de los Charales de Chapala describió a su entrenador personal como todo un profesional y un gran maestro de vida para algún día llegar a ser como él.
“El ser capitán es algo muy especial para mí qué me lo dejó mi querido Adrián desde siempre me enseñó muchas cosas todo el liderazgo, siempre dijo que yo seré un buen capitán y voy a seguir por eso, así es sin duda hice un compromiso con él y vamos a salir adelante y lo voy a hacer por él no me decía esto, pero todo va hacer por él”, dijo Héctor Gabriel, capitán de Charales de Chapala.
La hermana de Adrián agradeció a las personas quienes apoyaron en todo momento a la familia en oración para dar con Adrián.
“Lo que queremos es seguir las oraciones por mi hermano y agradecer las oraciones a cada persona cada una de las personas que estuvieron orando por nuestra familia que sepan que mi hermano siempre fue una persona justa, siempre fue una persona tranquila, siempre fue una persona que ayudó a todos los niños y adolescentes y qué bueno del cariño de la gente se demuestra el tipo de persona que mi hermano siempre fue en el deporte, que fue siempre su pasión, el futbol”, manifestó Lorena Pérez, hermanda de Adrián Pérez.
Previo a la celebración de la misa hubo un homenaje en las canchas del multideportivo dónde se guardó un minuto de silencio.
Posteriormente entre aplausos el féretro fue llevado hasta la portería para simbólicamente celebrar el último gol de Adrián.
Decenas de carros acompañaron la guardia de honor de la carroza funebre con mensajes de ‘Adiós Profe Adrián’ y ‘Adiós Adrián’.
JMH