En la historia de los enfrentamientos entre Chivas y Atlas hay leyendas, historias, mitos, verdades a medias y situaciones límites que circundan el duelo más pasional del occidente del país. El primer clásico de México, cuando los rojiblancos y rojinegros ya se odiaban con pasión, el América era un equipo sin historia, ni dinero y los del norte, simplemente no existían.
En la década de los 80, el Rebaño tenía un equipazo, logró el título en la 1986-87 y uno de los principales jugadores de esos años en el chiverío fue Demetrio Madero. Como un futbolista surgido en el equipo y como el de experiencia de ese plantel, una vez se le preguntó si acabando un clásico ante Atlas se podría ir a comer o cenar con la gente de los Zorros y dio una respuesta épica, que pese a que han pasado 25 años, sigue siendo un estandarte de las huestes rojiblancas, una frase que quedó para la historia y que lo encumbró como un ídolo de los chivistas, pero la gente del Atlas no lo perdonó nunca: “Con esos putos ni a la esquina”, así sonora y muy fuerte.
Si bien es cierto que esa frase histórica no cayó bien en muchos jugadores del Atlas, se sabe que Deme era muy amigo de Roberto Aníbal Masciarelli, un ídolo de los atlistas de la década de los 80.
Pero a lo largo de estos enfrentamientos está la historia del legendario Jaime Tubo Gómez, quien en la era del Campeonísimo se sentó a leer una revista cuando le iban ganando por tres goles a los Zorros. El Tubo, en paz descanse, recuerda esa anécdota y dice que esperó a que el árbitro no se diera cuenta, porque lo pudieron expulsar.
“Quedamos 5-0, Atlas venía de Segunda División y venía muy mal, les pudimos meter una goleada de espanto, pero no les dimos oportunidad de nada, porque a los 30 segundos metimos el primer gol, al minuto 6 el segundo y a los 7 minutos el tercero, los fanáticos de Atlas me empezaron a fastidiar. Entonces pensé ‘les voy a hacer algo que les duela para toda la vida, me voy a sentar a leer… A nadie se le ocurre y nadie se atreve’. Le pedí su cuento a un aficionado, me fijé que el árbitro no me estuviera viendo, me siento y me toman la foto. Me levanté y les dije ‘están servidos señores’”, señaló en una entrevista a un programa de televisión en Guadalajara.
La de Demetrio y la del Tubo son dos historias que le dan vida y aumentan la pasión en el clásico tapatío, dos diferentes épocas y dos ídolos de multitudes que hicieron del partido ante Atlas algo más que 90 minutos de juego, era la vida misma.
El mito del 18-0
Toda rivalidad nace de grandes historias. Algunos mitos, otros, realidades que van formando la enemistad entre las instituciones. Esta historia se trata de un cotejo que aparentemente se llevó a cabo en el mes de enero de 1917, siendo Atlas quien se quedó con el partido por un marcador escandaloso 18-0 ante el Rebaño.
Registros oficiales sobre el cotejo no existen; sin embargo, la publicación de un diario local en 1965 señala que se realizó y que Atlas fue capaz de propinar una goleada de este tipo al odiado rival.
El impacto ha sido tal a lo largo de los años, que leyendas del Club Deportivo Guadalajara como el ya fallecido Jaime Tubo Gómez, quien se empeñó en desmentir la veracidad de este partido calificándolo como algo que alimentaba “ilusiones y sueños imposibles”.
Así pues, el encuentro entre Atlas y Chivas es la rivalidad por excelencia en la Perla Tapatía, que este fin de semana estará escribiendo un capítulo más de un libro que se escribe con letras de oro en la entidad.
1951, el detonante de la pasión
Era la temporada 50-51 y los Zorros se jugaban la posibilidad de ganar su primer título de su carrera, Chivas y el ‘ya merito’ se quedaban a un costado de poder ganar la Liga nacional de Primera División.
Ese día pasaron tres cosas que incendiaron para siempre el partido entre Chivas y Zorros. Penalti inventado del Cuate Salceda y gol de Edwin Cubero al Tubo Gómez, en la tribuna estaba de invitado un ex dirigente de Chivas, Ángel Bolumar y de la impresión e impotencia murió por un infarto.
Después llegaron las burlas por parte de los rojinegros porque fueron los primeros en la historia de Jalisco en ganar la Liga y el Tubo Gómez les tiró una maldición que se sostiene hasta el día de hoy, “por ganar con ese penalti inventado mientras yo viva no volverán a ser campeones”, a la fecha y tras una década de fallecido el Tubo, los atlistas siguen ser campeones.
El clásico tapatío es de los más calientes del país, una historia añeja casi 70 años de enfrentamientos, 13 títulos entre ambos equipos, el problema es que es uno del Atlas por 12 del Rebaño Sagrado. Héroes, leyendas, goleadas, y una ciudad en disputa. Guadalajara busca dueño el sábado por la tarde.