El Cruz Azul de Juan Reynoso tuvo una noche de pesadilla. En la que toda la euforia por los títulos de Liga y el Campeón de Campeones se apagó por completo. Esta Máquina tan diezmada –sobre todo de media cancha hacia arriba– no tuvo el fuelle para vencer a un Mazatlán tan ordenado y con un Nicolás Vikonis en plan estelar, que terminó por sucumbir en casa por 2-0.
Sí, Cruz Azul tuvo la pelota y generó sus llegadas, pero eso de poco importa ante la nula contundencia; situación que se agravó por una defensa tan endeble que vio como el rival en sus únicas dos llegadas sacó provecho al máximo.
LA SORPRESA
Pese a las ausencias parecía que Cruz Azul tendría un partido tranquilo, y más cuando en la primera aproximación de peligro Bryan Angulo quedó mano a mano con Nicolás Vikonis, al recibir un buen pase filtrado; el ecuatoriano trató de bombearle la pelota al potero, pero éste tapó de excelente manera estirando sus brazos.
Minutos después vino otro balón filtrado, ahora a Santiago Giménez, pero Néstor Vidrio le punteó la pelota antes de que pudiera plantarse frente a Vikonis. Parecía solo cuestión de tiempo y contundencia para que Cruz Azul abriera el marcador, ya que con Mazatlán no había pasado realmente nada.
Llegó entonces un saque de banda donde el cuadro mazatleco se animó a incorporar más hombres al ataque, vino el rechace cruzazulino, pero de ahí se derivó una gran jugada colectiva de siete pases en el área sin que la blandengue defensa pudiera quitarle la bola a los visitantes.
En el último, Pablo Aguilar alcanzó a obstruir y trató de despejar, pero solo le dejó el esférico a Nicolás Díaz que con un zurdazo batió a Gudiño. Un baldazo de agua helada –como la de la lluvia que en ese momento caía– para el campeón.
Cruz Azul trató de reaccionar y con un centro al área que cabeceó Santiago Giménez estuvo cerca de la igualada; esa fue la última jugada de Santi que para el comienzo del complemento fue sustituido por Lucas Passerini, al igual que Shaggy, que le dejó su lugar al recién incorporado Luis Ángel Mendoza.
Sí, La Máquina mantenía el dominio del partido, pero de nuevo no tenía claridad al ataque; mientras que Mazatlán estaba cómodo a la contra, esperando un latigazo para sorprender a Cruz Azul. Y eso pasó a los 66 minutos, en un pase largo que Julio César Domínguez parecía tener bien cubierto para dejarlo ir por la línea de fondo; el Cata se confió de más y nunca vio la determinación con la que Bryan Colula peleó esa pelota con una barrida para evitar que saliera, Rubio picó el esférico y pasó a Colula –que ya se había incorporado– para que fusilara con un zurdazo a Gudiño.
La noche se le vino por completo a Cruz Azul, porque además de este gol, le llegó un penal a favor por una falta sobre Angulo; sin embargo, Pol Fernández falló desde los once pasos ante un enorme Vikonis, que paró primero el disparo y después el contrarremate. A la jugada siguiente, un tiro libre de Rivero se estrelló en el travesaño. Sí, parecía que esta noche La Máquina no encontraría la portería.
Y así fue. La Máquina chocó una y otra vez con su falta de contundencia y un gran Vikonis. Sí, Cruz Azul comienza mal el torneo, pero quizá con la expectativa de ir recuperando efectivos y mejorar en el ataque, y así dejar en claro que lo de esta noche solo fue un tropiezo y ya.
SFRM