Marco Antonio Rodríguez es uno de los pocos árbitros mexicanos que dejó huella tanto a nivel nacional como internacional. Como todo en la vida, el éxito del ya retirado juez central fue producto de su disciplina y el estricto rigor con el que llevaba sus encuentros, ello, le valió ser ratificado por Edgardo Codesal –otro gran referente del arbitraje nacional- dentro del máximo circuito.
Sin embargo, Marco tuvo que ingeniárselas en un inicio para poder hacerse de un lugar, sin importar a qué o a quienes tuviera que sortear en el camino, incluyendo a sus entonces colegas, que lejos de arropar a un joven novato, le hicieron ver su suerte. Tal y como el propio Chiquimarco recordó en una entrevista con Javier Alarcón.
Su primera designación en Primera División fue para un duelo entre Atlante y Pumas que se celebraría en Irapuato, la emoción era tanta que en ese momento no le importaba cuánto iba a cobrar, pues su principal preocupación era el cómo viajaría hasta la ciudad guanajuatense para cumplir con su deber.
“En ese momento lo primero que pensé fue pedirle el carro a mi suegro, era un vochito ya viejo para ir a Irapuato, pero dije ‘no, ese automóvil se vaya a quedar en el camino’, Edgardo Codesal pregunta, ‘tienes automóvil’, yo le dije, ‘no, no tengo’ y en son de broma me dijo ‘hay que quitarle la designación’, y los compañeros de Primera División ninguno me arropó, los asistentes, nadie me dijo ‘llegas al hotel, puedes irte en avión, te lo van a pagar los viáticos’. Yo no sabía ni cuando cobraban. Para mí no era importante en ese momento cuánto pagaban de honorarios en un partido, en esa época pagaban 3 mil o 3 mil 500 pesos en Primera División”, dijo Marco.
El ahora comentarista deportivo en España, nunca fue informado por sus compañeros sobre las alternativas que podía tomar para llegar cómodamente a su destino, lo dejaron a su suerte y tuvo que ingeniárselas tomando un camión mientas el resto de la terna lo hizo en avión.
Su emoción era tal, que aquel desplante no le impidió realizar una excelente labor, la cual lo llevó a consagrarse en la Primera División.
“Yo me fui en camión, agarré mi autobús en la central camionera del norte y llegué a Irapuato, mis compañeros se fueron en avión y Edgardo Codesal junto con Don Enrique Mendoza Guillén, fueron al estadio, baja Edgardo, me abraza y me dice, ‘bienvenido a Primera División’, porque ese día fue un partido Bravo, Atlante vs Pumas”.
SU PRIMER EXPULSADO EN PRIMERA DIVISIÓN
Dentro del mencionado encuentro en Irapuato, donde los universitarios se impusieron 1-0, Marco recuerda que vivió su primera expulsión, al echar del campo a Darko Vukić por “juego brusco grave”.
Rodríguez recuerda que sobre dicha expulsión, Edgardo le comentó: “mira, si no lo hubieses expulsado, no estarías en Primera División, fue una expulsión correcta, bienvenido”.