Gustavo Matosas está de vuelta en el futbol mexicano, no en la Liga MX, sino en la Liga de Balompié Mexicano; vuelve no como entrenador sino como director deportivo, regresa a un circuito alterno, porque parece que ya nadie cree en su discurso, más allá de su sonado éxito con León.
Nadie niega que el León de Matosas deslumbró con su juego y el hambre de triunfo que logró imprimir a esos jugadores, el asunto es que eso mismo no pudo hacerlo ni en América ni en Atlas ni en la selección de Costa Rica ni en el Atlético de San Luis.
El entrenador uruguayo salió de León en 2014. Llegó precedido de haber sido bicampeón con La Fiera, un logro de mucho mérito, pero desde que aterrizó en Coapa lo hizo hablando bonito con conceptos como “el que tiene alma y corazón de vencedor, siempre se pone la vara alta y la tuve en Querétaro y León; mi estilo es algo que nunca voy a cambiar, trato de plasmar en la cancha lo que me gusta ver del equipo. Si subes mucho la cobija se destapan los pies, si la bajas, se destapa el cuello, si los pies son la defensa, prefiero que la cobija esté destapada en los pies, porque a mí me gusta atacar. Yo disfruto eso”.
El uruguayo completó el torneo y se fue con una Concachampions bajo el brazo, no pudo seguir en América porque pretendía hacer una revolución, traer jugadores a su gusto y no los del proyecto directivo. Se fue sin haber hecho un equipo espectacular.
En Atlas, más de lo mismo, endulzó el oído de directivos, porque Matosas seducía en su discurso y aún le cobijaba lo hecho por León. No completó el torneo, porque el discurso no llegó al campo de juego y los resultados fueron muy pobres.
Y situaciones similares le pasaron en el Al-Hilal de Arabia, Cerro Porteño de Paraguay, Estudiantes de la Plata de Argentina y la selección de Costa Rica, a la que dejó botada, porque según él extrañaba el trabajo diario y el día a día y en un puesto de seleccionador se aburría. En 2019 llegó al Atlético de San Luis, pero unos meses después de su fichaje salieron a la luz unos audios en los que se le acusaba de corrupción para la contratación de jugadores en su etapa en León.
Matosas ha vuelto a la escena del futbol mexicano, no estará en el papel principal, no tendrá el reflector que tanto le gusta, no exhibirá su tendencia a la moda, porque dicen que en muchos sitios donde ha estado tal parece que le preocupaba más que el día de partido él luciera como muñequito de maniquí, que el funcionamiento del equipo.